-Jueves, 26 de Septiembre, 2019-
Ya habían pasado 5 días desde que estaba aquí, y hoy finalmente me darían de alta. Era lo justo, estaba harto de estar aquí, extrañaba mi cama y la comida de aquí era ¡puag! Terrible.
En los días que pasé aquí ni siquiera pude conciliar el sueño correctamente, sentía que la cama era bastante rígida. Y pos así nadie puede amikos.
Al menos tenía mis redes sociales, que me permitían olvidar un poco la miserable realidad que me había tocado vivir.
Admito que soy algo obsesivo, no le había quitado el ojo ni un segundo al perfil de Matthew. Ni las Armys con sus comebacks JAJAJAJ XD. Pero creo que eso al fin y al cabo me hizo recuperar antes de lo esperado.
En una de sus historias recientes subió algunas fotos con un chico que, por el pie de la publicación, era un familiar. Un primo. ¿Y para qué decir, que la belleza viene de familia cuando los veía a esos dos juntos? Eran la prueba viva.
No se parecían muchísimo, pero si lo suficiente como para ver que estos dos tenían la misma sangre. No sé porqué, pero mis ojos se fueron directo al cabello de su primo. Este era rubio y rizado, y le caía hasta las orejas. Me encantaba. Pero no fue eso lo que dejó mis ojos estancados ahí, sino que me parecía familiar. Y algunas partes de su cara. Empecé a creer haberlo visto antes, pero no sabía dónde, ni cuándo. Así que di por hecho que solo podía ser una ilusión o treta mental, jugada por la obsesión que sentía hacía Matthew. O tal vez conocí o vi a alguien parecido alguna vez. Cerré Instagram y puse mi playlist de Spotify. En ese justo momento llegó mi madre. Yo estaba sentado en la sala de espera del hospital, ella estaba pagando la cuenta de la estancia y buscando unos cuantos papeles para poder irnos.
—Ya nos vamos. —dijo mi madre un poco cortante. Después que me encontró haciéndome esa paja ella y yo no cruzamos tantas palabras. Pero ya se le pasaría, mi mamá sabía que era un puberto calentudo. Y que necesitaba quemar esa etapa de mi vida como cualquier adolescente.
Mi madre y yo nos subimos al carro. Todavía sentía un poco de dolor en las costillas así que mi madre me ayudó a caminar todo el trayecto. En el momento que nos subimos rompió el hielo que llevabamos teniendo estos tres días.
—Ethan. —dijo después de un suspiro. —Eres mi único hijo, lo único que tengo después de que tu padre murió. No sé qué haría si te perdiese. —noté como las lágrimas sin control empezaron a brotar desde sus ojos.
—Mamá, no te preocupes, no me vas a perder. Estaré contigo por mucho tiempo. —La abracé y luego sequé sus lágrimas. Le di un gran beso en la mejilla y le dije que todo iba a estar mejor.
—Dime quién te hizo esto. —me dijo casi suplicando.
—No puedo decirte quién fue, porque eso lo haría peor para mí. Si de verdad quieres que esto no vuelva a pasar, olvidemos este tema. Te prometo que todo estará bien. Ya soy grande mamá, sé cómo cuidarme. —le sonreí calidamente. Al parecer la había logrado tranquilizar un poco.
—Prometeme que no dejarás que nada malo te pase, hazlo por mí. —separó nuestro abrazo para mirarme directo a los ojos. Los míos eran grises con un pequeño toque verde. Los de ella eran verdes, casi parecían esmeraldas, y cuando sonreía brillaban como tales.
—Lo prometo. —le di un pequeño beso en la mejilla y luego comenzamos nuestro camino a casa.
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Cuando llegamos, de casualidad, me llegó el recuerdo de ese hermoso cabello dorado que llegué a ver antes de desmayarme.
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IG Fantasy (Yaoi/Gay)
Teen FictionEthan está cansado de su realidad, cada día era atormentante. Por eso no era raro verlo pegado a unos cascos y su celular, desconectado de todo y todos. La música era su consuelo. La música, y otras cosillas, tales como Instagram. Para él la manera...