Cap 4. ¿Y luego?...

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-Lunes, 30 de Septiembre, 2019-

Era la última hora de clases y sentía como ya el día había agotado todo de mí. El profesor de Arte nos dejó una clase para el Viernes. Teníamos que pasar tiempo con alguien que tuviera una afición artística y observar cómo este la manejaba. Su conección con esta, etc. Yo como no tenía amigos iba a ser realmente difícil xd.

Llegué a casa y dormí como una media hora. Luego comer, me atacaron las ganas de algo dulce, así que salí a la tienda por un cubo grande de helado. Cuando llegué a la tienda, después de conseguir lo que quería, seguí pasillando a ver si encontraba algo apetecible que me pudiera llevar. Estaba insaciable.

Siento que me tocan el hombro desde atrás, así que me volteó por instinto para descubrir quién era.

—Tenemos que hablar. —dice Carlos con un rostro y voz serena.

—Adelante, te escucho. —dije con voz fría, desviando la mirada.

—Es... Privado. —frotó su brazo derecho con su mano izquierda, demostrando vergüenza y nerviosismo. —¿Podríamos hablar en otro lugar?

—A dónde quieres ir? —levanté una ceja. —¿Crees que voy a ir a algún lugar contigo?

—Por favor, no tomará mucho. Y si desconfías de mí, puedes gritar. Estamos rodeados de personas. —señaló con su mano a todas las personas que se encontraban a nuestro alrededor.

—Ya cállate. —me aseguré de hacer bastante énfasis en la última palabra. —Está bien, iré. Pero recuerda lo que tengo en mi celular. —lo agité frente a su cara.

—Gracias. —suspiró y, después de que pagué, me llevó a una cafeteria que estaba cerca.

—¿Qué vas a pedir? —preguntó con una sonrisa mientras observaba el menú.

—No, gracias, no tengo hambre.

—Qué raro. Te vi tan concentrado comprando todas esas cosas, que hasta llegué a pensar que eran para ti. —me sonrió. —Por ejemplo, el helado de chocolate es tu favorito.

—¿Me voy? —Pregunté enarcando una ceja gracias al enojo de verse descubierto mi pretexto.

—Está bien, no te presionaré. —Levantó sus manos a la vez que se escogía de hombros.

—¿Cuál es el grano de todo esto? —crucé los brazos.

—Quería pedirte perdón. Por haberte jodido la existencia cada día de mi vida. Por haberte molido a piñas ese día. Lo siento. —dijo sin siquiera mirarme a los ojos, se veía nervioso y...¿avergonzado? Verdaderamente la verguenza no parecía ser un sentimiento que formara parte de su vida.

—¿Es enserio? —casi me reí en ese momento. JAJAJ. ¿De verdad se estaba disculpando? ¿Él? ¿El patán cerebro de hormiga al que lo único que le importa es sí mismo? ¿Lo hacía con honestidad? ¿O sólo porque era lo que le convenía?

—Wow. —sonreí impactado. —¿Enserio te estás disculpando conmigo? ¿O lo estás haciendo para que borre tu videíto? —sonreí maliciosamente.

—Para nada. Ya ni siquiera me importa, lo puedes publicar si quieres. Ya estoy listo para salir del clóset. —cada una de sus palabras no tenían ni una pizca de miedo. Parecía que lo que decía era cierto.

—Bravo. —le aplaudí. —¿Y cómo harás para que te crea?

—Trataré de enmendar todo lo que te hice, mostrándote lo arrepentido que estoy. —me mostró una sonrisa cálida y hermosa. Carlos era un imbécil. Pero lo imbécil no le quitaba lo bonito. —Me gustas. Desde siempre. Estúpida e injustamente traté de tratarte horrible. Porque sentía que no podía tenerte. Ya que nunca nada ni nadie podía llamar tu atención. Siempre andas metido en tu maldito celular. Y admito todo lo malo que hice sufrir. Sólo te pido que busques dentro de ti, para ver si hay alguna oportunidad de amor para mí. —dijo intentando tomar mi mano, que alejé casi por instinto.

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⏰ Última actualización: Feb 11, 2020 ⏰

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