Después del ataque de pánico gracias a mis recuerdos, logré salir de la terraza del edificio abandonado. Este era mi lugar con mi amado Jimin, ahora, sólo es una tumba de recuerdos grises y tristes.
Casi a una velocidad imposible salí corriendo, no debía atrasarme más de lo que ya lo hice, pues madre empezaría a sospechar.
Llegué a la estación de trenes temblando del miedo. Tengo que calmarme, debo calmarme para no levantar sospecha.
La voz de Jimin todavía resuena en mis oídos. Lamentablemente no es esa voz dulce que él usaba para cantarme, o cuando hablaba bajo para calmarme.
Era una voz fuerte, cargada de odio y resentimiento.
Yo realmente espero que me logre perdonar algún día.
Mi tren llegó, subí lo más rápido que pude y me senté junto a la ventana.
Mirando el gris paisaje, mi mente viaja con este.
Cerré mis ojos, no puedo dormirme, pero dejo que mi mente derive todo lo que ella quiera.
Esta me lleva a recordar, casi como si fuera una tortura coordinada con mi mente y mi conciencia.
Me lleva a recordar cómo lo conocí, como me gané su amistad, próximamente su confianza y así su corazón.
Recuerdo su canción favorita, la canción que solíamos bailar los dos.
Recuerdo las veces que mentí a mis padres para poder verlo, pues mamá es muy protectora conmigo, y ni hablar de sus pensamientos retrógrados y por ende machistas y homófobos.
Papá pasa de mi, sólo pregunta lo justo y necesario. Demasiado ocupado como para interesarse en su hijo el marica, demasiado ocupado también en aparentar algo que no es.
Una mezcla de emociones se juntó.
Me siento atrapado en mi propia jaula; no puedo respirar, no le encuentro salida a los problemas de mi vida, así como ya no le encuentro sentido a esta misma. Al menos, sin Jimin, todo es peor.
Una lágrima traicionera cae de solamente mi ojo izquierdo, antes de siquiera darme cuenta.
Agradezco que el vagón esté casi vacío.
La limpio rápidamente y trato de tragar el nudo que tengo en mi garganta, no me deja respirar bien.
Abro mis ojos y los pensamientos siguen fluyendo como un río que no tiene final.
Queda poco para llegar a casa, y le aviso a madre que estoy por llegar; sin embargo, no recibo respuesta de ella.
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realidad y tristeza × kookmin
De Todo[ANGST.] El pasado de Jeongguk lo atormenta; su conciencia no lo deja tranquilo. Lo que podría haber sido la historia más feliz de su vida terminó con un desenlace terrible y desastrozo. Todo gracias a él.