Mi última carta fue el 21 de agosto, ya ha pasado más de un mes, aun te pienso, aun te extraño, pero ya no duele como antes, en mi se rompió la confianza que tenía en ti, la última vez que hablamos dejaste claro que querías volver, pero no dijiste cuando, dejaste claro que la probaste a ella y eso fue lo que cambio, mi corazón no aguanta el saber que el amor que dices sentí por mí no basto para abstenerte de su presencia. Sigo respirando, sigo adelante. No dejare que esto me lastime más de lo que ya ha hecho. Quiero volver a reír, a sonreír, y creo que hasta aquí has llegado con tu legado en mí.
***
Hoy ha amanecido lloviendo, una espesa niebla surca los horizontes de los alrededores, el saber que ya es otoño me llena de alegría, aunque me embarga en tristezas, mi cumpleaños se acerca, y no quiero saber que tengo un año menos de vida, mi corazón sabe que no ha vivido como se debe, que he dejado varios sueños por estar al lado de una persona que después de todo no supo apreciarlo.
Estoy en la azotea del edificio donde alquilo, llevo un pijama un poco delgado para el frio que hace, pero me siento a gusto y el frio me cubre y me hace sentir libre, veo a los árboles que se extienden a lo lejos del pueblo y me llenan de tranquilidad, como apenas comienza el otoño, los arboles siguen verdes y con estas lluvias no creo que se pongan rojizos luego, el aire me golpea la cara, pero es como una caricia que me dice que no estoy sola, que siga luchando por mis sueños. El café que llevo en las manos ya no está caliente, pero aun así me lo termino.
Algunas pequeñas gotas empiezan a caer y la verdad no estoy de humor como para mojarme, así que bajo a mi cuarto para estar en la calidez de un hogar nuevo. Es domingo, no tengo planes ni ganas de salir, voy a la estantería que esta al final de la sala y tomo un libro "Amor redentor" de Francine Rivers, soy de las personas que, si leen un libro, ya sea en físico o en digital, no lo vuelven a leer, pero en excepción, este me ha cautivado, la trama me envuelve. Me transporta, algo que no todos los libros logran. Pongo el libro de pasta delgada en la mesa de la sala, la silueta del vestido rojo de la portada me dice que será igual de genial que las otras tantas veces que lo he leído. Voy a la cocina por mas café y me acomodo en el sofá para comenzar la lectura.
Apenas paso a la segunda hoja del libro que desde el principio ya me ha atrapado cuando empieza a vibrar mi teléfono que está en el comedor, queriendo que no camino hacia él y me percato que es mi amiga Carol, un bufido sale de mi boca, pero le contesto de buena gana.
- ¿Qué fue? – supongo que mi voz sale de mala gana o con tono de aburrimiento, pero en cuanto escucho me melódica voz me anima.
- ¿Estás en tu casa?
- No, salí
- ¿Ah? ¿A dónde?
- Andaba en Inglaterra
- ¿Otra vez estás leyendo "Amor redentor"?
- Me conoces muy bien.
- Ya ves, paso por ti en 10 minutos, alístate y ponte guapa.
Sin más cuelga y me deja con la estela de duda, no tenía ninguna gana de salir, pero aun así voy al cuarto y me busco un conjunto que pase desapercibido. Una falda a la rodilla café con una blusa verde agua, unas medias negras con botas y un abrigo acogedor con el cual no pase frio.
Me asomo a la ventana y la neblina ha bajado, no se distingo nada a escasos dos metros de distancia, algunas luces hacen presencia en las calles de adoquines marmoleados, y escasas personas de un lado a otro. Mi edificio no está en el mero centro, pero si está en una de las calles principales donde hay un tráfico moderado, pero como es fin de semana, todo el mundo está en sus hogares.
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Cartas
Teen FictionCartas escritas de una chica a un chico, sus sentimientos, sus pensamientos y todos los secretos que alguna vez no le pudo haber guardado.