Hechicera entre alquimistas: La Esposa del Rey Fantasma I

Capítulo 194: Mi mujer, Mu RuYue (3)

-"¡Min'er!" 

La expresión de Xiao Yin cambió drásticamente mientras observaba con rabia al hombre de la túnica plateada.

-"Atacas a una chica débil que no tiene ningún medio para resistir ¿Sigues siendo un hombre?"

El hombre lo miró con frialdad. De repente, la energía dentro de Xiao Yin comenzó a desbocarse, arrasando todo su cuerpo cuando su viejo rostro palideció mientras gemía de dolor. Lentamente, cortes y heridas aparecieron en el cuerpo del anciano y la sangre se filtró de esas heridas...

-"Entonces, ¿qué pasa si ataque a esa niña?" 

El hombre sonrió y rió con asco, continuando:

-"Mientras sea alguien que trate de lastimarla, no importa si es una simple niña o un niño de tres años, aún así no los dejaré ir!"

Xiao Yin apretó los dientes con fuerza mientras la sangre fluye por la comisura de sus labios.

-"¿No tienes miedo de tener una mala reputación después de hacer esto durante años?"

Los ojos violeta del hombre se llenaron de burla, al escuchar eso. Con una cínica sonrisa debajo de la máscara de plata, dijo: 

-"La reputación no se puede comparar con ella dentro de mi corazón."

Entonces, ¿qué pasa si él tiene una reputación indeseable y fuera despreciado por años? Mientras fueran los que querían hacerle daño, no importa si era una niña o un niño de tres años, no los dejaría escapar. 

Xiao Yin de repente recordó a ese hombre que había conocido en el Reino de Zi Yue. Ese hombre había sido conocido como el Rey Fantasma, y ​​él había dicho palabras similares... Incluso si se opusiera a todo el Dominio Sheng, definitivamente no permitiría que nadie la lastimara en lo más mínimo, ni siquiera un solo mechón de cabello en su cabeza resultaría herido.

-"Tú eres el Rey Fantasma, ¿verdad? Debes ser él. ¡No esperaba que vinieras al Dominio Sheng! ¡Jaja! ¿Crees que ustedes dos pueden permanecer juntos? Déjame decirte esto; ¡No los dejaré ir, incluso si me convierto en un fantasma!"

Xiao Yin rió como un demente. Había perdido la cabeza ¡Era debido a ellos que han llegado a tal resultado! Por lo tanto, ¡seguramente no los dejaría escapar aún si moría!

¡Boom!

El cuerpo de Xiao Yin explotó y una neblina de sangre fue esparcida por el viento y el polvo pero casi de inmediato, las llamas negras cobraron vida y la neblina de sangre desapareció con lentitud, consumida por las llamas negras... 

-"¿Ser un fantasma? Lo siento, pero ahora ni siquiera puedes convertirte en uno." 

Xiao Yin nunca hubiera creído que este hombre pudiera hacer tal cosa como robarle el derecho de convertirse en un alma persistente. Después de todo, una vez que el alma es cremada, esa persona desaparecería por toda la eternidad. 

-"¡Abuelo!" 

Justo cuando Xiao Min logró ponerse de pie, fue testigo de tal cruel escena. Ella gritó por su abuelo con todas sus fuerzas...

Su abuelo, quien la había adorado desde que era joven, había muerto por siempre debido a su codicia. Se arrodilló en el suelo y su delicado cuerpo se estremeció, cuando lágrimas empezaron a correr por su rostro. Gota a gota, cayeron al suelo.

De repente, alguien se detuvo frente a ella. Xiao Min levantó la cabeza mientras observaba con horror al hombre que tenía delante. Su cuerpo se sacudió mientras gritaba.

-"¡No! No, por favor no me mates. No quiero morir, te ruego que perdones mi vida. Haré cualquier cosa siempre y cuando no me mates, te lo ruego. Ya has matado a mi abuelo así que por favor, perdona mi vida."

Ella no quería morir. Ella realmente no quería morir ahí... No obstante, no había ninguna emoción en los ojos violetas del hombre. Miró a Xiao Min como si estuviera mirando a un cadáver, levantando su mano...

-"¡No!"

Xiao Min estaba alarmada, y entonces, como si hubiera tomado una decisión, se desgarró la ropa, exponiendo su piel blanca.

-"Por favor déjame ir. Estoy dispuesta a servirte sin ningún estatus, solo te ruego que no me mates."

¡Boom! 

Una intensa llama negra se elevó del suelo, envolviendo el cuerpo desnudo de Xiao Min y cubriendo la piel desnuda que solo le provocaba disgusto.