El tiempo (desgraciadamente) nunca deja de avanzar. Las historias no acaban nunca, solo avanzan y cambian.
Los años pasaron desde la última vez que hablamos de estos dos adolescentes. Pequeños ya no son, muy grandes tampoco. Son diferentes.
Theo dejó con Aby una parte de él, por más que trate de recordar que era, no lo puede hacer. Yo creo tener una idea, pues como he dicho antes, soy más cercano a él que a Aby.
No fue la última vez que se encontraron, volvieron a hablar unas cuantas veces y la historia se repetía una y otra vez. Cada reencuentro terminaba más rápido que el anterior. Los saludos se fueron distanciando más y más. Sus vidas avanzaban en caminos cada vez más distintos. Ambos empezaban a creer que nunca más se repetiría la historia, hasta que si lo hizo.
Aby fue quien volvió esa vez. Saludó como siempre aun cuando no habían hablado en meses, quizás un año entero. Si Theo no lo recuerda, yo tampoco. Él respondió luego de 10 minutos de arduo planeamiento, saludó de vuelta con lo que pensó fue la mejor respuesta posible. No hablaron de lo que habían hecho en la ausencia del uno al otro. No hablaron de la situación por la que estaba pasando su país. No hablaron de porque estaban hablando. No hablaron de como se sentían.
Solo hablaron.
Aby finalmente lo invitó a un cine al aire libre que se estaba organizando cerca de su actual casa. Ella quería ver "La La Land" pues no había tenido la oportunidad hasta ese entonces. Era la función que abriría el evento.
Theo, obviamente, aceptó inmediatamente.No hablaron hasta que llegó el día de la película. No hubo minuto en ese intervalo de tiempo en el cual Theo no estuviera pensando en ese día. Y ciertamente llegó el día.
Theo fue el primero en hablar devuelta, preguntó los detalles técnicos de la junta, donde se encontrarían, a que hora, que debería llevar y si debía pagar la entrada.
Parecían una pareja normal poniéndose de acuerdo para ver una película.
Theo no estaba tranquilo.
Rápidamente se pusieron de acuerdo en todo y se despidieron con un mensaje tipo "Nos vemos más tarde!".
Theo no estaba tranquilo.
La hora de encontrarse se acercaba y por esto, el nerviosismo del ya joven adulto crecía sin parar.No le dió hambre, no le dieron ganas de fumar, no pudo pensar en nada más que no fuera Aby hasta el momento de salir de su casa. La volvería a ver, no podía creerlo, pensaba que esta vez su separación era permanente.
En el momento de pisar el patio de su hogar, sentimiento de duda y angustia destruyeron su optimismo. Recordó que esto ya había pasado antes. No era el primer reencuentro. Recordó todas las despedidas anteriores, todas las pesadillas y noches sin dormir luego de dejarla ir una y otra vez.
Tuvo miedo.
No quería volver a sentir lo mismo.
Tuvo mucho miedo.Los temblores que desarrolló con el tiempo fueron intensificándose mientras se acercaba al lugar del encuentro. Pensaba en si las personas a su alrededor se daban cuenta del movimiento involuntario de su cuerpo. Trataba de encontrar una oportunidad de satisfacer la muy gran necesidad de rascarse el pelo que sentía segundo a segundo.
Al contrario de lo que él pensaba, llegó a su destino. Al salir del subterráneo los temblores pararon, la picazón amainó y dejó de pensar en todo menos en Aby. Mientras esperaba solo una cosa estaba en su mente. Volvería a estar con Aby.
Como cualquier otra persona ella subió las escaleras y salió del subterráneo. Levantó la mano y exclamó "Hola chiquillo! Cómo estás".
Claramente él no podía decirle como estaba en realidad. Respondió con un simple "Bien". Theo no estaba bien.
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Registro de unos observadores
RomanceMuchas veces la vida parece ser simplemente una tonta historia romántica. Para estas dos personas fue literalmente así y sus observadores lo narran de la misma manera.