Skyway Avenue (Español)

Héroes y aldeanos

"¡Ray, voy a salir y volar por la ciudad!"

"Bien."

Latias sonrió y flotó hacia Rayquaza, quien se acurrucó bajo la sombra de uno de los árboles más grandes del Jardín Secreto. "¿Quieres algo mientras estoy fuera?"

"No."

"¡Bueno!" Latias se dirigió hacia la salida del jardín. "Volveré antes del atardecer!"

Cuando se fue, Rayquaza se movió en su lugar. No fue un alivio para su partida, pero aún así se alegró de tener el Jardín para él solo. Miró a los árboles, y vio cómo el sol de la tarde penetraba entre las hojas y las ramas. La siesta anterior no había durado mucho, y cuando Rayquaza se despertó, Latias había estado conversando con los pokemon del Jardín, con el aire cálido y el cielo brillante. A Rayquaza le tomó un tiempo recordar lo que había sucedido antes: la conversación que había tenido con Deoxys en el Salón de las Leyendas esa mañana, quien había compartido su propia definición de las sensaciones que sentía hacia Latias:

"¿ Pero te preocupas por ella? ¿Más allá del vínculo que comparten todas las contrapartes?"

" ¿Qué?" Él resopló de nuevo. "¿Como en 'me gusta' ella?"

" Ámala".

Se le cortó el aliento en la garganta.

Rayquaza sacudió la cabeza y se desenroscó. No sé, quiso decir. No se lo que siento. Por una vez desde la creación de este maldito planeta, ¡no sé lo que siento! Quería decirlo en voz alta, quería gritar desde los tejados, quería saber cómo todos esos años de soledad y orgullo habían perdido su valor durante los pocos días que había pasado con Latias. Esas filosofías se sentían como una bola y una cadena ahora, arrastrándolo hacia el suelo, donde no podía hacer nada más que mirar al cielo y preguntarse qué realmente lo llevó allí en primer lugar. Quería mirar a Arceus a los ojos y preguntarle cómo un pokemon venerado por algunos mortales ya que los dioses ni siquiera podían descifrar sus propias emociones.

Con un suspiro, miró hacia el cielo, esa bola y cadena tan pesadas como siempre.

¿A quién no un dios recurrir cuando se necesita de la oración?

Los mortales tallaron su forma en piedra y lo consideraron legendario. Pero, lo que rara vez sabía era que, al final, un legendario seguía siendo un pokemon, y un pokemon seguía siendo una criatura viva y respiradora que ocasionalmente no sabía qué hacer. Era el rey de los cielos en algunas culturas y un desafío para ser conquistado en otras, pero aquí estaba, sintiéndose tan perdido como el resto de ellas. Confuso. Inseguro.

Solitario.

Flotó hacia la fuente que encerraba el Rocío del Alma. Brillaba bajo el agua, tan brillante como las estrellas. Latios se había sacrificado para salvar a Alto Mare y Latias, y se convirtió en el nuevo Soul Dew que impulsó a Alto Mare y proporcionó esa sensación de hogar a todos los habitantes de la ciudad. En los últimos segundos de la vida, Latios no se había alejado de la elección que había hecho. Lo hizo, sabiendo que la ciudad lo necesitaba, que Latias lo necesitaba, y que él necesitaba ser la contraparte que era. Pero, incluso si no hubiera sido la contraparte de Latias, aún se habría sacrificado para salvarla, para salvar a todos, porque un legendario seguía siendo un Pokémon, y un Pokémon protegía a los que amaba.