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Estaba observando por la ventana la hermosa ciudad de New York, sin duda estaba impresionada, una vez que llegue a mi destino pedí un taxí para que me llevara a la dirección que me mando el señor Styles, solo me dijo la dirección, ni siquiera me pregunto como estuvo mi vuelo o si llegue bien, ¿pero que podía esperar de un comprador de mujeres?.

Doblamos en una esquina y el taxísta se detuvo en un edificio color blanco.

Saque dinero de mi cartera y observe como el chofer bajaba del auto para ir a sacar mi maleta, abrí la puerta y salí haciendo que el viento volara mi cabello.

-Aqui tiene señorita.- escuche al chofer a mis espaldas, lo voltee a ver y le entregue el dinero.

-Muchas gracias.- dije sonriendo a lo que el asintío.

Tome mi maleta y observe como el taxísta se despedía de mi con la mano a lo que yo tambíen lo hice, observando como el taxí desaparecía de mi vista, camine a la entrada del edificio y empuje una de las puertas de vidrío.

-¿¡Porque no puedes hacer nada bien Corrine!? ¡que inutíl eres! Osea te pido el favor de llevar a los señores Hiubart a su respectiva suit y los llevas a una habitación de segunda clase.- dijo un señor que se encontraba de espaldas regañando a una chica como de mi edad, vestía como toda una recepcionista, tenía la mirada baja y jugaba con sus manos.

-Señor de verdad lo siento, aún no me he aprendido el número de las suits, prometo que no volvera a pasar.- dijo ella a lo que aquel hombre de espaldas a mi se cruzo de brazos.

-Eso espero, porque si sucede una vez más estaras despedida.- dijo el señor para despúes voltearse y verme confundido para despúes verme con una sonrisa como si nada hubiera pasado cuando claramente yo vi que regañaba a aquella chica.

¿Que fue todo eso?

-Buenas tardes, vengo por una reservación.- dije observandolo para despúes observar a la chica quien me veía con una sonrisa timída y avergonzada.

-Claro, por favor que mi recepcionista la atienda señorita, compermiso.- dijo el asientiendo con su cabeza para despúes salir del hotel.

Observe al señor montarse a un lindo auto blanco. Escuche un carraspeo y puse toda mi atención en aquella chica.

-Buenas tardes, mi nombre es Brigitt, soy recepcionista del hotel Paraside, dijo usted que tiene una reservación.- dijo ella a lo que asentí.

-Si.

-Venga por favor.- dijo ella sonriendo para despúes darse vuelta y caminar asta detrás de aquel mueble, donde había un gran tablero de madera con muchas llaves.-¿Es usted Alexia?.- dijo ella a lo que asentí.

Ella volteo al tablero de llaves y tomo unas.

-Por favor sigame, la llevare a su habitación.- dijo ella a lo que la seguí asta el ascensor donde entramos y ella se quedo observando los botones del ascensor, intentando marcar cualquiera pero movía el dedo a cada botón sin tocar alguno, como si no supiera cual tocar.

-¿Tienes algún mapa del hotel?.- dije a lo que ella me volteo a ver y asintío rapídamente.

Salío del elevador a paso apresurado y yo sostuve una de las puertas para que el ascensor no se cerrara, ella vino con un papel en sus manos.

-Aqui lo tengo.- dijo ella al entrar al elevador, abrío el papel doblado y fruncío su seño para despúes soltar un suspiro y sonreír.

Marco el botón número seis y enseguida el elevador se movío.

-¿Cuanto tiempo llevas trabajando aqui?.- dije a lo que la chica me sonrío.

-Hace tres semanas.- dijo ella a lo que asentí.

Contrato •|HSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora