Suena el despertador. Bueno, empieza el día. Me levanto y me como unos cereales (mi madre había ido a comprar eso para poder desayunar). Después de desayunar me lavo y me visto. Al terminar cojo mi mochila (de color violeta, y si, me gusta el color violeta) y salgo de casa para ir a la parada del autobús. Me subo al autobús y espero a que llegue a mi parada. Como soy tan despistada mi madre me estuvo diciendo mientras colocábamos la casa donde estaba. Al rato de subirme al autobús llega a mi parada. Me bajo del autobús y voy hacia el instituto. Era enorme. Tiene que ser una construcción antigua que se usa de instituto. La puerta principal era alta y ancha. Las puertas eran de madera de color marrón. Encima de la puerta había un balcón bastante grande con la bandera de España en medio del balcón. Entre y subí una pequeña escalera (de unos 10 escalones) que llevaba a otra puerta igual que la principal (puff, parece una cárcel). Al pasar por la segunda puerta había un pequeño patio y más escaleras (¡¡¿¿Por qué hay tantas??!!), por suerte eran 10 escalones. Al subirlos estaba en la 1ª planta, que es donde están los de 1º y los de 2º (mi curso). Miré el horario que me habían dado en dirección, en el horario ponían las clases que tenía y las clases donde las tenía. Pero cuando entre en el pasillo donde estaban la aulas no podía ver el número de las aulas porque la gente pasaba rápido y me empujaban. Cuando conseguí escapar del centro del pasillo y mirar el número de un aula, un grupo de chicos y chicas de 3º me empujaron y me llevaron al punto de partida. ¡Las clases iban a empezar en 10 minutos y no sabía a donde ir!. Mire otra vez el papel, ahora tenía lengua en el aula 109. Como no sabía donde era, empecé a correr por los pasillos por si veía el número 109, hasta que choqué con una chica y caímos al suelo:
-¡Ay!- dijo la chica.
-¡Lo siento mucho!- le dije sentada en el suelo.
-No pasa nada, ¿Por qué corrías?-me preguntó levantándose.
-Soy nueva aquí y no encuentro mi clase- dije levantándome.
-¿Acabas de llegar?
-Si
-Ah vale. No te preocupes, ¿Sabes el número de tu clase?- Me preguntó.
-Si, la 109.
-¡Anda, a esa voy yo!.
-¿A si?- dije yo.
-Si, me llamo Clara.
-Yo soy Marta, encantada-le sonreí.
-Hola Marta, bueno, vamos para clase.
-Claro.-le contesté.
Mientras íbamos a clase corriendo, me fijé en Clara: era de mi estatura y delgada. Tenía el pelo corto y de color marrón recogido en una sencilla coleta. Su tez de piel era un poco más oscura que la mía. Tenía ojos grandes y marrones, su boca y su nariz no eran ni muy grande ni muy pequeña.
Llegamos a la clase justo cuando la profesora iba a abrir la puerta. La profesora abrió y todos nos sentamos en cada pupitre. Yo me senté al lado de Clara ya que no conocía a nadie y quería conocerla mejor porque me parecía una buena chica. Me levanté de mi sitio y le dí a la profesora un papel donde ponía que me acababa de incorporar al instituto. Ella lo leyó y llamó la atención de la clase:
-Chicos, tenemos una nueva alumna en nuestra clase. Se llama Marta y quiero que la tratéis bien.
Me dio vergüenza porque todo el mundo me miraba, aunque también aproveché para mirar a mis compañeros. La clase tendría mas o menos la misma cantidad de chicas y de chicos. Estaban sentados en pequeños grupos de amigos porque algunos grupos hablaban entre sí o se pasaban notitas. Fui mirando a cada uno esta que paré la vista en un chico. Tenía el pelo castaño y corto, sus ojos eran azules, su tez de piel era parecida a la mía, era delgado y, viéndolo sentado, era de mis estatura. El giró la cabeza y nuestras miradas se encontraron, hasta que la profesora me dijo que me sentara.
Me senté y durante la clase estuve pensando en el chico de ojos azules.