Encuentro

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El sol,

Nunca se movía de su lugar, pero aun así, mantenía el firmamento en constante cambio. Sin siquiera moverse su calor no era terrible. Su temperatura siempre variaba, cuando este se encontrara mas frío, significaba que la noche había llegado. Caso contrario si este emanaba ligeras brisas cálidas.

Luego se 6 meses, Rem confirmo esto como una ilusión que encubría al sol estático. Pero, aun siendo esto raro, no se le comparaba con la pequeña con la cual yacía entre brazos bajo unas raíces del gran árbol que emergió de un momento para otro en hace no mas de dos semanas.

Era costumbre suya, despertar a las 5 de la mañana.

Tanto tiempo con este hábito, le es imposible de olvidar.
Lentamente, de estiro en la cama improvisada hecha de hojas y ramas del enorme árbol el cual era fácilmente comparado con el árbol del sabio.

El cual solo quedaba el tronco cortado actualmente.

La razón de haber terminado su legado de llevar en el un mensaje indescifrable, era por que el sabio venia de la misma tierra que Subaru.

El lo había mencionado al momento de leer el mensaje, pero….. Se vuelve borroso recordar que fue….. Lo que escribió…….

“¿Quién fue…..?”

En sus sueños, unas enormes manos se le acercaban, lentamente hacia su corazón…

Una voz que reconocía fácilmente…..

Repetía; “Cuidare de mi hermana”
Pero, los sueños siempre tienen un final.

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Bostezo ligeramente mientras se revolcaba en la cama improvisada. Frotando su ojo izquierdo un poco y arreglando su flequillo que se encontraba fuera de su lugar.

—B-Buenos días….. – Dijo esto sin siquiera ver a su alrededor, aún continuaba medio dormida después de todo.

Continuó frotando sus ojos, y finalmente se percato de ello,

—Huh…..¿¡!?

Sin siquiera arreglarse completamente, salto de la cama improvisada si vestir sus zapatillas negras y hebillas doradas.

Salió desde una de las grietas en la raíz del árbol. Mirando a sus alrededores, en busca de una pequeña de cabello azul.

—¡Rem! ¿¡Donde—!?

No podía verla, y el terror de quedarse sola otra vez.... No lo soportaría.

—¡Donde estas…!

Salió corriendo en busca de si misma. Sin descanso busco y busco corrió entre las enormes raíces,
En su caminata, se percató de algunas cosas, el pálido césped gris comenzó a pintarse…..

—¿Que….?

El campo de césped blanco donde ella se encontraba se había hecho verde.
Rem sorprendida por eso, no podía mantenerse tranquila saliendo a buscar a la pequeña que ya no yacía a su lado. Y sin tenerla a la vista.

—No pudo irse así, no hay forma por qué este lugar…..... no...ahora Rem está...¿Sola…..?

Conforme corría el campo se distorsiona, robles oscuros crecen frente a los ojos de Rem, sorprendiendo a la misma lógica que ella tenía de ese lugar.

—¿Esto cambio? ¿Por qué? ¡Rem, Donde estas!

Entre su desesperación, y sus nerviosos ojos que buscaban cualquier rastro de su versión mas joven.

Un sueño inevitableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora