Los sietes pecados logran derrotar al rey demonio, lamentablemente el león del orgullo muere, sin ningún arrepentimiento él abraza a la muerte pero ocurre algo extraño, su alrededor cambia por un callejón en el que observa a un chico peli blanco en...
Escanor se encontraba acostado en el suelo, mover su cuerpo le generaba un dolor intenso, él sabía que moriría, sin embargo, no se sentía mal por ello, había luchado por sus amigos, y con el trabajo en equipo de los siete pecados capitales habían logrado matar al rey demonio.
"Y-yo soy... el león del orgullo..."
En cada parte de su cuerpo había sangre.
"Escanor... de los siete pecados capitales..."
Diane, King y Ban no pudieron contener sus lágrimas.
"Y m-me alegro de haberlos conocido..."
Escanor ya no podía ver con claridad incluso los sonidos se hacían confusos, dirigió su mirada a Merlín, ella siempre se mostraba tranquila pero en este momento estaba derramando lágrimas por él, se molestó consigo mismo por hacerla llorar.
"L-los quiero."
No tenía algún arrepentimiento, podía dejar el mundo de los vivos en paz. Su vista cada vez se hacía más borrosa por lo que cerró sus ojos intentando abrazar a la muerte. Posiblemente Gowther y Meliodas no lograron contenerse más y lloraron pero él no logró ver eso, había muerto.
"¡Vaya! Sin duda superaste mis expectativas, sería un desperdicio dejarte morir aquí, aun me gustaría que ayudaras a más personas, sin embargo, sería una lastima que murieras por la edad por lo que te quitaré 15 años, de esa forma tendrás 22, genial ¿No?"
Escanor escuchó una dulce voz, agradable al oído, lo que permitió que no se alterara, intentó abrir los ojos pero no pudo incluso se percató que no podía hablar, aun en esas circunstancias no se sintió en peligro, su corazón se encontraba en calma.
"Espero grandes cosas de tu parte, nos vemos León. ¡Oh! Por cierto, no te tendrás que preocupar por la noche."
Aquella diosa había observado a Escanor desde niño y aunque quería ayudarlo a controlar la gracia Sunshine no podía interferir con el curso de las cosas, esta era una forma de compensación.
"Espero seas feliz, te seguiré observando desde el cielo."
Escanor abrió los ojos, todo a su alrededor había cambiado, se encontraba en un callejón de alguna ciudad, se sentía totalmente desorientado, estaba vestido con su ropa de camarero, incluido sus lentes, al estar en su forma no orgullosa tenía miedo por lo que que empezó a caminar intentando descubrir donde se encontraba. Hasta que se encontró unas personas.
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Observó a una chica en el techo de una casa, ella llevaba una gran espada a lado de ella se encontraba una chica con un hermoso cabello rubio y unas orejas de zorro. Abajo había un chico de cabello grisáceo con armadura ligera y a su lado una chica con una espada delgada con extraños atuendos.
"¿Te preocupa tu familia? ¿Temes empezar una guerra? ... En verdad eres un inútil Bell Cranel ¡No dejaré que tengas a Haruhime! No tienes la cara de un hombre." Dijo la chica que llevaba una gran espada, por su parte el chico no respondió nada.
