Segunda Parte

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Definitivamente las clases habían hecho su trabajo. JongDae estaba tan mentalmente agotado al término del horario escolar, que probablemente no había nada más rondando en su cabeza que no fueran números, uno que otro dato histórico y probablemente algunas dudas existenciales, producto de las exhaustivas clases de filosofía.

Esas dos horas debatiendo sobre por qué los humanos, siendo los únicos seres vivos pensantes, tomaba a veces las decisiones más estúpidas, había acabado con sus pocas neuronas despiertas.

"¿De verdad? ¿Es que acaso creen que no tenemos vidas fuera de la escuela?" escuchó que BaekHyun se quejaba a sus espaldas mientras aún leía la hoja que traía en las manos. Más específicamente, la hoja donde se indicaban algunas de las lecturas que requerían hacer, puesto que vendrían en las próximas evaluaciones.

Su amigo estaba esperando tranquilamente a que él terminara de buscar las llaves de su casa dentro de la mochila.

Cuando finalmente lo hizo, no pudo más que suspirar con pesadez al descubrir, después de introducir la llave en la cerradura, que esta estaba sin asegurar.

Dios, su madre iba a matarlo si se enteraba. Una suerte que no fuera a hacerlo.

"¿Qué pasa, por qué tardas tanto?" preguntó su amigo. JongDae giró el rostro para encontrarlo tratando de mirar sobre su hombro a lo que él solo negó con una sonrisa.

"Nada, solo metí la llave al revés," se disculpó con un encogimiento de hombros.

"Tonto," bufó el pelinegro antes de darle un golpecito nada doloroso cerca del hombro. Aunque igual a él le gustaba hacer drama por nada.

"Auch, ¿y eso por qué fue?"

"No trates de mentirme, Dae.Y que conste que si un día entran a robar a tu casa seré el primero en decirle a tu madre que fue tu culpa por no cerrar la puerta."

"¡Oye, y si sabías que no la había cerrado por qué no me dijiste nada!" le reprochó mientras ambos ingresaban a la casa del castaño.

"Bueno, sigo esperando que aprendas la lección," contestó el chico. JongDae lo vio dirigiéndose directamente a su sillón favorito, donde se dejó caer con su mochila aún siendo aplastada bajo su peso. "Pero eres una bastardo bastante suertudo, eh."

JongDae negó, bufando con fingida indignación. Era increíble, su propio amigo le deseaba el mal. Aunque tenía un punto, a pesar de sus pequeños deslices con olvidar poner seguro a la puerta, aún no habían tenido que lidiar con robos ni nada por el estilo.

Igual y quizá todo se debía a que su vecindario era muy seguro. Tenían un ingenioso sistema en el cual, sin importar que no fuera tu casa, tenías el deber de contactar a cierto vecino si es que se veía a alguien ajeno rondando sospechosamente por su casa.

De ese modo se habían evitado muchos problemas que no pasaron a más. Aunque también se habían visto en la necesidad de disculparse cuando sólo se trataba de algún pariente lejano de esa persona. JongDae había tenido que disculparse ya tres veces.

"Ya lo sabes, cariño~" dijo mientras hacía una graciosa pose con su mano al aire y la otra en las caderas.

BaekHyun rompió a reír, con su cabeza cayendo hacia atrás sobre el respaldo del mueble. JongDae por su parte solo cerró la puerta y se dirigió a su habitación para dejar su mochila.

"Hey, ¿a qué hora regresa mi segunda madre?" preguntó descuidadamente BaekHyun. El chico le seguía ahora por el pasillo. Seguramente para dejar su mochila también ahí.

"Uhm, veamos..." JongDae levantó la vista y miró su reloj sobre la mesilla. "Ella dijo que volvería un poco más tarde de lo usual, así que quizás ya no te encuentres aquí cuando eso suceda."

Host Cells [EXO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora