Limerencia. [Bakutodo]

1: Otoño Estresante.

Otoño; las hojas caen y siempre tiene la temperatura perfecta para la gente que le gusta la ropa abrigada, como en este caso, Shoto Todoroki.

Esta temporada siempre fue muy agradable para el, de paso le trae ese sentimiento de tiempos sempiternos y ganas de pensar sobre el pasado.

Últimamente su día a día iba bastante decadente, pero almenos ya era un héroe profesional y podía vivír la tranquila vida con su madre y hermanos que siempre quiso tener, ignorando las peligrosas asañas diarias que hacia.

Aún que, su madre decía que debía empezar a vivir por su cuenta, el simple hecho de estar ahí donde estaba le era más que suficiente.

Pero, si, todo lo bueno tenía final, en eso tenía razón.

En unos días tenía que ir a hablar con su anterior pareja, para poder recoger sus viejas cosas.

Hace aproximadamente un año había decidido mudarse con él, pero al parecer no funcionó todo muy bien, ya hacía unas semanas se había mudado nuevamente con su familia y disfrutaba la compañía de sus hermanos y madre.

El otoño lo hacía recordar esas épocas escolares cuando aquél joven solía tontear por el salón y siempre sabiendo como sacarle una sonrisa, recordando esa meliflua voz que lo hacía seguir adelante.

También divagaba en como pedía saltarse la clases para comer algo o simplemente mirarse durante horas, acurrucarse o besarse mutuamente. Era encantador, y un tonto.

Sin duda eran buenos tiempos.

Pero ahora, ya todo había acabado, y debía apegarse más a la realidad, era hora de madurar, aún que no lo quisiera.

Tocó la puerta con suavidad, la cual fue abierta con una sonrisa atontada característica.

— Buenos días Shoto, ¿Vienes por tus cosas? Las guardé en una caja como lo pediste, tuve tiempo libre.

El chico rió levemente, algo incómodo por la situación, miró con cierta ternura los ojos de Todoroki.

— Gracias, Denki.

— Estaba pensando, en unos días íbamos a hacer una fiesta, podrías venir, ya sabes, van a estar nuestros amigos, Midoriya, Kirishima, y eso.

— Voy a pensarlo, quizás te pida los detalles.

Miró por un momento aquellos oculares eléctricos de su acompañante, este mostró una cara un tanto triste.

— Sabes que te extraño, Shoto.

— Lo sé.

La expresión dolorida de Shoto se denotaba en sus ojos, los cuales estaban fijados en el suelo, que rogaban parar de ver memorias pasear por lo más profundo de sus recuerdos.

— Mejor...recojo las cosas a la tarde, cuando vuelva del turno.

— Sí, creo que estaría mejor para ti.