4: Silencio perenne.

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Dos días atrás.

El aroma a alimentos fritos se posó en su nariz, causando que empezará a levantarse con algo de lentitud por la molestia. Posó una mano en su cabeza, al parecer tenía una resaca horrible por lo de anoche.

— Hola Perdedor.

Volteó su cabeza hacia el lugar del que provino el ruido, encontrándose con un joven que parecía de su edad, quién estaba mirando su teléfono mientras tranquilamente comía una bolsa de pollo frito que según el empaque era de un negocio de comida rápida. Miró con una expresión confundida a el tipo ya que no lo había visto en su vida.

— Anoche estabas tirado en un callejón hecho mierda, así que te traje hasta aquí.

Recordó por un momento su estado, suspirando al aclararse, agarró su cabeza con claro cansancio y dolor y se sentó al borde del sofá donde se encontraba tapado con alguna que otra manta.

— ...Gracias por su ayuda, ¿Usted es?

— Eso a ti no te incumbe, ¿Vas a comer?

Dijo señalando con una mano la bolsa de pollo frito.

Miró agotado al tipo, asintiendo levemente con todavía un claro sueño marcado.

Pese a que no lo conocía luego de como estaba su estado últimamente no le importaba para nada lo que le pasara, directamente si este tipo era un asesino serial se ofrecería hasta como víctima.

— Sí, Gracias.

— Deja de agradecer y come.

La personalidad de aquel rubio le llamó la atención, desde que se levantó lo había tratado de manera grosera, pero no parecía ser que era porque estaba molesto, sino por que era así la mayoría del tiempo.

Se sentó en la mesa donde se encontraba el tipo, donde agarró una pieza del pollo y se dispuso a comer.

— Entonces no me vas a decir tu nombre, supongo que esta bien.

El otro solo siguió comiendo al escuchar lo que dijo el otro sin demostrar mucha importancia.

— Según sé eres compañero de Deku.

— Sí.

El otro sonrió con su ceño fruncido, mientras Shouto se distrajo con los ojos carmínes del joven que llamaron su atención.

— Yo soy un viejo amigo suyo, le avisaré que te venga a buscar en unos días.

— ¿Días? No, no, puedo irme en un autobús hasta casa.

Alzó la mirada algo molesto al escuchar que el otro se negaba.

— No te di a elegir.

Dijo para continuar comiendo, mientras el otro lo vio con una expresión confundida.

Realmente no era amigable, pero talvez sólo quería asegurarse de que este bien, aunque por su aspecto y el lugar en el que esta se podría decir que perfectamente es perseguido por la ley, además de que no quiere dejarlo salir, pero las probabilidades eran nulas.

— ¿Cómo te puedo llamar?

— Amo, Dueño, Papi, lo que quieras mientras sea para adularme.

— Al parecer tienes mucha autoestima o fetiches de dudosa sexualidad.

— Talvez ambos.

Rió de manera burlona, mirando la pequeña sonrisa que había formado en el rostro del bicolor.

Rió de manera burlona, mirando la pequeña sonrisa que había formado en el rostro del bicolor

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— Voy a comprar comida, no salgas mitad/mitad.

El otro no respondió, y vio como cerró la puerta de golpe, escaparía si no fuera porque parecía una persona decente, pero por las dudas debía revisar el lugar, el tipo tenía un comportamiento extraño.

Era un lugar normal, las ventanas estaban cerradas, probablemente era un apartamento por la manera en que se distribuía el lugar.

Había un silencio particularmente continúo, así que decidió ir a un pasillo que se separaba en habitaciones. Caminando por este trató de prender la luz pero estaba rota, es más parpadeaba y soltaba ruidos extraños, era digno de cualquier película de terror, pero el chico no reaccionó con mucho miedo, después de todo, había visto muchas cosas con su trabajo.

Abrió una puerta y esta dirigía al baño, y otra a una habitación que tenía una cama en la esquina, al tratar de abrir la última puerta no pudo, estaba llaveada al parecer, estaba apunto de romper el cerrojo hasta que pensó que si este era solamente una buena persona que había decidido ayudarlo, que llegué y vea que habían roto su cerrojo irrumpiendo en su privacidad talvez le daría problemas en vano. A no ser que de tratara de un criminal como pensaba, pero no importaba demasiado.

Aún que ya ha llegado a pensar que se trata de algún admirador, y no lo dice por presumir, literalmente un día despertó en su cama y había tres chicas que habían entrado en su casa para verlo dormir.

De todas formas, no prestó mucha atención, y no era porque no sospechara del tipo, si no que sinceramente no se preocupaba en lo más mínimo por su seguridad. No se resistiría a esperar por Midoriya si era necesario, después de todo, ya había perdido bastantes ganas de vivir en estos meses.

Volvió al sofá donde despertó, notando el ruido de la televisión prendida que inundaba la casa ya que era el único sonido que había, se trataba de un programa de cocina, el cual vio para no aburrirse, si salía vivo de esta podría cocinarle algo a su madre.

Volvió al sofá donde despertó, notando el ruido de la televisión prendida que inundaba la casa ya que era el único sonido que había, se trataba de un programa de cocina, el cual vio para no aburrirse, si salía vivo de esta podría cocinarle algo a ...

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Realmente no que decir sobre este capítulo, esta medio turbio pero el fic se va a poner más turbio todavía desde ahora así que idk.

Estoy muy nerviosa, me invitaron a una pijamada y va a ir mi Crush y como que me da un ataque, simplemente tenerlo cerca es como que me da un paro imaginense, ahí toda la noche mirándolo y sacándole fotos sin que se de cuenta JAJAJAA NO. No voy a hacer eso ni que fuera Bakugo. Digo qué. Nada.

Ya pasó un día después de la pijamada, voy a publicar este capítulo, spoiler: Mi crush no fue. :'(

Bien, espero les halla gustado el capítulo de hoy, los amo mucho. ❤️
❤️❤️

Limerencia. [Bakutodo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora