Luego de la despedida, Shouto sin duda había quedado algo pensativo sobre el por qué de las cosas y después de tanto divagar surgió el por qué seguía en un lugar donde no le importaba a nadie.
Ideas llegaban a su cabeza recordando las palabras del rubio donde decía que él era el único que sabía valorarlo. No sabía distinguir si realmente eran esas palabras verdad o no, pero lograban crear un sentimiento cálido que no sentía en mucho tiempo.
Pese a que su familia le dio una linda bienvenida, no le prestó mucha importancia. Y antes de darse cuenta, vivía en su departamento, en completa soledad y un sentimiento de ser constantemente observado que ciertamente lo inquietaba.
Caminar con las calles cubiertas en hojas doradas, tostadas por la estación que tanto solía amar, el mágico sentimiento de nostalgia que lo inundaba de bellos momentos, ahora es solo un sentimiento vacío, y como si cuerpo buscara llenarlo , crea un nudo en su pecho, llenándolo de dolor.
Aún así la estación carmesí no terminaba, y a mediados de esta su vida ya se había dado vuelta si la comparabas con los tranquilos y nostálgicos Otoños anteriores.
¿Qué se suponía debía hacer ahora? Esperar a que el mundo le regale la respuesta simplemente no era una opción, era algo imposible.
No le encontraba gracia a nada, ni siquiera ver sonreír y escuchar el dulce agradecimiento de un niño después de ser salvado. A veces, le gustaría perder una batalla o que alguna triste casualidad de la vida lo haga terminar muerto.
Ahora mismo estaba volviendo del trabajo, agotado, muy agotado. Hoy había sido un día cansador, y más cuando fue reclamado por el líder de la agencia sobre su horrible rendimiento.
— ¡Todoroki!¡Vamos, abre la puerta!
El pelirrojo apretó el timbre unas cuantas veces más, quien a su lado tenía a Izuku y a Denki con un plato de pastelillos.
Luego de un buen tiempo de insistencia la puerta del edificio se abrió, permitiéndoles subir finalmente al piso donde su compañero vivía.
— ¿Qué necesitan?
Kaminari dio un paso al frente, sonriéndole al heterocromático extendiéndole el plato con la comida que había traído para él.
— Muchas gracias, Denki, no era necesario.
Agarró el plato, dirigiéndole la mirada a sus acompañantes que parecían no querer irse, Izuku decidió hablar.
— ¿Podemos pasar, Todoroki-kun?
El otro no respondió, solo abrió paso a los ahora invitados, manteniendo su mirada neutral hacia cada uno, aunque había pasado tiempo desde la última vez que se vieron.
— Y... ¿Cómo éstas bro?
— Bien.
Dijo, mirando detenidamente el pastelillo de vainilla que sostenía hace unos minutos y no había comido, mientras se sentía algo observado por sus visitas.
— ¿Que has hecho últimamente?
Izuku claramente trataba de establecer una conversación al igual que Kirishima, aunque ya se por sí era difícil tener una charla con Todoroki hace un tiempo, en momentos de preocupación lo era más.
— No mucho, trabajar.
— Podríamos ir a alguna parte...
— No, gracias.
Izuku soltó el aliento dándose por vencido, mirando hacia Kirishima haber si sabía que decir, este solo se alzó de brazos mirando a Denki, este suspiro a duras penas, lo menos que quería era hablar, sentía que no podía ver a Shouto por mucho tiempo de esa manera, simplemente le dolía.
— Um.. ¿No quieres que vengamos a visitarte más seguido?
— Sinceramente, no. Pero muchas gracias de todas formas.
El joven rubio resopló, dándose por vencido y parándose, lo menos que quería era seguir viendo como la persona que ama se estaba hundiendo a si mismo. Se fue cerrando la puerta algo fuerte, dejando los pastelillos sobre la mesa.
— Todoroki-kun... Siempre nos vas a tener cerca para lo que sea que necesites, ¿Si?
— De acuerdo.
Eijiro e Izuku se fueron algo apurados para alcanzar a Denki y probablemente ayudarlo, cerraron la puerta detrás de ellos, haciendo que el silencio inunde la casa nuevamente, siendo el único ruido que se escuchaba el eco de las voces de los tres jóvenes, el cual paró luego de unos segundos.
Su rostro quedo con la misma expresión vacía, mirando fijamente a el dulce presente que le habían traído.
— Katsuki Bakugo, ya sé que estas aquí. Porfavor vete.
Se escuchó una carcajada, seguido de unos pasos que se aproximaban al sofá de manera lenta, se paró en frente al heterocromático, sonriéndole sin pena.
Lo miró por unos segundos, mientras Todoroki todavía miraba los aperitivos que Denki trajo.
— ¿Sabías algo? Los sentimientos son una mierda, pero, aún que intentes quitarlos de tu vida, siempre van a estar ahí.
— ¿Qué? Yo no..
Antes de darse cuenta empezaron a brotar lágrimas de sus ojos, mirando hacia el rubio y dándose cuenta que había sido todo una cruel obra de su mente, gruñendo completamente frustrado y confundido.
Llevó sus manos a la cara y miró al suelo buscando algún consuelo pero lo único que logró ver fueron las lágrimas resbalarse de entre sus dedos y caer en el suelo.
Disculpen si esta corto, pensé que estaba bien si terminaba así.
Últimamente estoy muy bloqueada a la hora de escribir mis fanfics, pero ahora parece que puedo escribir.
Adiós piojitos. ❤️
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Limerencia. [Bakutodo]
FanficTodoroki Shoto, un héroe profesional con su joven vida decayendo, conoce a Bakugo Katsuki, un criminal conocido por detonar el cuerpo de sus víctimas.