Capitulo 4

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«Usted es un mentiroso»
Jungkook recordó aquella ocasión envía que otro Chico, igualmente hermoso, pero alto con cabello azul en lugar de Rubio, le había hecho la misma acusación.
Kim Taehyung se hallaba sentado en el salón de la mansión que su familia tenía en Seul. Se había quedado en casa aquel día para asistir a su madre, cuya salud se había vuelto muy delicada tras la muerte de su padre.

–¡No! –había exclamado Taehyung incorporándose bruscamente del asiento tapándose los oidos con las manos al escuchar la noticia de Jeon–. ¡eres un mentiroso! ¡Vete de mi casa Jungkook y no vuelvas, no quiero verte de nuevo!.

Jungkook parpadeo desconcertado. Mentiroso. La misma acusación. Pero en boca de otro chico.

–¡Es usted un mentiroso! –Repitió jimin una vez mas sacando al azabache de sus pensamientos–. ¡No creo una palabra de lo que dice!.

Un mentiroso. Para Jungkook, la palabra de un hombre era lo mas sagrado y constituía la verdadera medida de su honor. Era el único insulto que no podía soportar.

–Puedo ser egoísta, despiadado e incluso cruel –dijo fuera de si,  tomando al mas bajo por los hombros–. Pero no un mentiroso. No lo he sido nunca.

Jeon se quedo entonces extasiado mirando su boca. Jimin,  lleno de nerviosismo, se estaba mordiendo ligeramente el labio inferior. Luego se humedeció los labios. El siguió como hipnotizado el movimiento de su lengua rosada y se sentía excitado. Lo deseaba ardientemente y en ese momento, su traje blanco era todo lo que estorbaba.
Su traje.
Jimin seguía con el puesto, desafiante, como un insulto explícito tanto a Jungkook como al verdadero esposo de Yoongi. Era como si Taehyung hubiera quedado sepultado en el olvido. ¡Como si ya estuviera muerto!.
Jungkook deslizó las manos lentamente desde los hombros de Park hasta el cuello de su camisa.

–Te dije que te quitarás el traje.
Sintió al Rubio temblar. Incluso cuando clavo en el sus maravillosos ojos avellana rojizos por el llano.

–No...

–Entonces tendré que quitárselo yo.

–No se atreverá a....

Con un movimiento brusco, le desgarro el cuello de la camisa haciendo estallar toda la línea de pequeños botones blancos luego deslizó las mangas hacia abajo dejando las prendas destrozadas colgando en sus brazos. Colocó las manos en los muslos del rubio tirando con tal fuerza que lo hizo tambalearse  dejando caer la prenda a sus tobillos.
Jungkook se aparto e hizo un alemán de pulsar el botón del intercomunicador para que una de las azafatas le llevará una bata pero cambio de idea.
Jimin estaba frente a el, con su traje blanco destrozado. Dejando a la vista solo su ropa interior de seda fina que había destinado para la noche de boda. Jeon no podía apartar la mirada de el. Su cuerpo semidesnudo, su piel de terciopelo, sus sinuosas y seductoras curvas... Contemplo extasiado aquella menuda pero perfecta figura, la prominencia de sus muslos, y la rotundidez de sus caderas. Casi solo un gemido de placer. Llevado por su despecho, había cometido un gran error quitándole el traje. La visión de su cuerpo le perturbaba la razón.

Debería haberse imaginado que llevaría una provocador lencería blanca para su noche de bodas con el Barón. Fingía ser virgen, cuando sin duda se habría acostado más de una vez con él. De eso no le cabía la menor duda. Nadie se habría resistido a los encantos del Rubio.
Yoongi era culpable. Pero, ¿y Jimin? ¿Había sabido el de la existencia de Taehyung?. Daba igual,  se dijo el. Lo hubiese sabido o no, Park había ambicionado casarse con el Barón Yoongi por su dinero y su título. Todo el mundo tenía un precio. Eso era algo que había aprendido hace mucho tiempo. Los sentimientos eran una mercancía como cualquier otra.
Siguió mirando aquel cuerpo maravilloso, casi desnudo.

Para Jimin las cosas pasaron tan rápido, que creía no podía sentir mayor coraje, vergüenza y desesperación. Ruborizado bajo tomando su pantalón poniéndolo en su lugar  nuevamente, trato de intentar cubrirse el pecho y el abdomen nuevamente con el saco. Pero luego cambió de opinión dejando caer los brazos a lo largo de cuerpo dejando su pecho
Y abdomen descubiertos. Tenia un brillo especial en la mirada.

«Es perfecto», se dijo Jeon para si con admiración. Incluso ahora, que lo tenía completamente a su merced, cuando cualquier otro se hubiera rendido a sus pies, Jimin se mantenía desafiante.

–Ahora le debes a Yoongi un traje –dijo el–. Una tiara de brillantes... Y un esposo.

Jungkook lo miro miró frustrado inclinando se hacia el. El Rubio pensó que le quitaría nuevamente las destrozadas prendas, pero en lugar de ello Jeon tomo los bordes del saco juntando ambos extremos ayudándolo a cubrir su abdomen. 

Jimin lo miro desconcertado, con los labios separados. De repente, a Jeon se le ocurrió lo que tenía que hacer para descubrir si era culpable o inocente.
Besarlo.

Si era el Chico ambicioso que él creía, dejaría que lo besara y trataría de seducirlo para ganarse su confianza y tenerlo así de su parte..
Si no...

Bueno. Lo podría a prueba.
A demás sentía un enorme deseo de besarlo.
Jimin, sujetando los extremos de su saco sobre su abdomen dejo su desconcierto para mirar con hostilidad al azabache.

–No crea que le tengo miedo, nunca conseguirá...

Sus palabras quedaron ahogadas por un gemido cuando el azabache lo tomo en sus brazos aprisionando su cintura, su rostro hacia sus labios y besándolo brutalmente. 

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⏰ Última actualización: Oct 12, 2019 ⏰

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