Monsters

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Capítulo 3-

Corrí hasta que me dolieron los pies, ahí me paré con las manos sobre mis rodillas mientras inhalaba bocanadas de aire que fueron directas a mis pulmones.

Di una patada al suelo con mi zapato y éste se activó.

Velocidad:Media. ¿Desea más velovidad?-habló una voz robótica de mujer.

-Sí-dije a los zapatos.

Velocidad: Sobrepasa la media. Activada-añadió la voz.

Sentí un cosquilleo en los pies y luego paró. Seguí corriendo, esta vez con mucha más velocidad.

Sonreí, sentí una presencia detrás, como si alguien me mirara fijamente.

Paré extrañada y di una vuelta en redondo, al no ver a nadie seguí corriendo.

Una sensación me recorrió, era indescriptible, pero me quitaba fuerzas, energía.

Corrí cada vez menos hasta acabar caminando lentamente.

Miré con angustia mis zapatillas, ¿sería por su culpa? lo dudo, ahora los productos son muy efectivos.

Sentí una mano en mi hombro y me puse rígida sin poder mover la cabeza. Estaba inmovilizada. Ahora lo que me recorría las venas era rabia.

-Tranquila, tenía que hacerlo, ibas a matarte.-habló tranquilo Wilmer cuando se colocó delante de mí.

Solté un suspiro medio por el enfado medio por la imagen de Wilmer mirandome tan intensamente.

Además aún no me acostumbro a su extraña pero bella apariencia. Quise hablarle pero no podía mover la boca, para ser exactos solo podía mover los ojos, pestañear y respirar. Él pareció darse cuenta de que queríá moverme porque me miró y sus ojos destellaron amarillentos, luego sentí poder moverme y respiré aliviada, le miré con una sonrisa y empecé a intentar hacerle cosquillas pero él solo arqueó las cejas. Cogió mis manos con delicadeza y las subió a su bonito rostro. Empezó a moverlas al compás de las suyas mientras un sonido melodioso salía de entre sus labios entreabiertos, risas. Tenía cosquillas en la cara.

 Abrí los ojos sorprendida de que las tuviera ahí pero no paré mi danza con las manos.

Al final, acabó en el suelo tumbado boca arriba aguantandose la barriga mientras se reía sin parar.

En ese momento aproveché y caminé teatralmente hacia donde seguramente estaba Kilian. Llegué en apenas 20 segundos, estaba más cerca de lo que pensaba. No me sorprendí de encontrar a Wilmer a mi lado, aunque estaba colocado casi delante de mí, en posición de preotección.

Rodé los ojos, es muy bonito por su parte pero puedo valerme por mí misma.

Esuché una respiración muy fuerte y me preocupé. ¿Estaría bien Kilian? Ahora me siento fatal por haberme entretenido en el camino con Wilmer. ¿Le habrían matad...? No, ni pienses eso Nayla. Debe estar bien, él puede con eso y más.

WIlmer se tensó a mi lado y pude ver fascinada como sus orejas se hacían más puntiagudas y cambiaban a el color amarillo del Sol. Corrió de la esquina en la que estabamos escondidos y le seguí como una sombra. Pero, como no, tenía que tropezarme con el suelo, me levanté maldiciendo mi torpeza y troté hacia Wilmer, que estaba de pie delante de alguien tumbado en el suelo.

<Por favor que no sea Kilian, que esté bien>-pensé rogandole a todos los Dioses conocidos, aunque yo fuera agnóstica.

Pero los dioses(si esque los había) noe estaban de mi parte. Ese chico que yacía en el suelo medio muerto era mi mejor amigo, amor y casi la persona más importante de mi vida, Kilian.

Me recorrió una escalofrío por todo el cuerpo y no pude evitar caer de rodillas, no podía creerlo, no quería. La imagen que daba de él era desastrosamente aterradora.

Estaba con la mitad de la espalda apoyada en la lisa pared que se teñía de rojo por momentos, tenía los ojos entre abiertos y los labios con grietas, su mono tenía una gran mancha roja en el pecho y estaba roto, se podía comtemplar una herida del tamaño de mi puño(que no es muy pequeño que se diga) expulsando sangre.

Abrí la boca y me eché a llorar, le habían perforado los pulmones y casi el corazón. No sobreviviría mucho tiempo. Esa herida estaba hecha con la Sword splitter 3000, una espada que además de cortar te hacía un agujero traspasando órganos. Estaba TERMINANTEMENTE PROHIBIDA. No había visto una en mi vida, el castigo de usar esa espada es mandarte al espacio en una nave auxiliar y abandonarte a tu suerte. Castigo demasiado cruel, si queréis mi opinión.

-Nayla...-susurró mi nombre casi inintelegible con las pocas fuerzas que le quedaban.

-Dime Kilian-dije intentando sonar segura pero las lágrimas que salían de mi ojos no me dejaban esa opción, me las limpiaba pero volvían a salir. Wilmer a mi lado se sentó de rodillas mientras me miraba neutral y luego miraba la herida de Kilian.

-Quiero...que sepas que...te quiero-habló mi mejor amigo en varios suspiros intentando acompañar las palabras de una sonrisa que se quedó más en una mueca de dolor.

Esas palabras me hicieron reaccionar, no dejaría que muriera, hoy en día hay mucha tecnología en la medicina y en todo. Así que le llevaré a un hospital.

-Yo también Kilian, sabes que te quiero muchísimo más de lo que tú me quieres-le dije sincera mientras le ayudaba a incorporarse lentamente.

-Claro-habló irónico-por cierto, ¿Quién es tu salvador?-añadió más firme, en esa posición los pulmones no le hacían tanto daño y podía hablar un poco mejor.

Miré a Wilmer que tenía el ceño fruncido, aún así está divinamente sexy. Benditos extraterrestres, con todo este lío no me he podido sorprender correctamente de por qué estoy al lado de un extraterrestre mientras mi amigo se muere.

Una mano me tapó la boca pero "mi extraterrestre" me rescató de nuevo posandole a mi atacante una mano en la pierna. Este chilló de dolor y doi unos pasos atrás, me liberó la boca. Wilmer tenía la mano llena de sangre y parecía confundido, rodaba la mirada desde el hombre a su mano y luego a la herida ocasionada por Él.

Me levanté rápida y fingí debilidad e inseguridad para que el hombre se acercara confiado, y así lo hizo. Teniendolo a unos centímetros le dediqué con todo mi cariño(nótese el sarcasmo) una buena patada en los genitales. Aulló y calló de rodillas, pero antes de dejarme decir: "He ganado", otro hombre apareció pero lo que tenía en la mano me hizo hervir de rabia. Una Sword splitter 3000 manchada de aún sangre seca y de un trozo de tela del mono de Kilian.

Sin pensarlo corrí hacia él y él me miró burlesco. Por la potencia con la que le empujé calló al suelo y esta vez destiló rabia de sus ojos. Se levantó agilmente.

-Mira niña, ¿ves esta preciosidad?-señaló la espada-la acabo de estrenar con tu noviecito y ahora si insistes tanto la utilizaré contigo ¿sí?-me amenazó mientras se acercaba a mí, no me rendí ante Él. Moriría luchando, por Kilian, repito, de todos modos no quiero estar en un mundo donde no esté ese lindo chico de ojos verdes.

Acabamos a centímetros, con nuestras miradas enfrentadas, la suya lujuriosa y rabiosa, la mía defiante y segura de sí misma.

-Eres un mounstro-escupí en su rostro. Ante esta afirmación él me cruzó el rostro de un tortazo que hizo ladear mi cabeza.

Escupí la sangre y esuché mi nombre en un acento exótico......

Buenas queridos lectores :), espero que os esté gustando la historia, es una de las primeras que escribo así que espero que no me juzgueis demasiado.

Si os gusta votad y comentad, me importa mucho vuestra opinión y si queréis ofrecer ideas o comentar como esperáis que sea o si os gusta o no, solo comentad. Os leeré y contestaré encantada.

Besos y mil gracias por leer <3

No eres de mi mundo-¿Y qué?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora