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Cuando llegó a casa, sus lágrimas terminaron de desbordarse, ya había aguantado mucho durante el resto del camino.

—Es que lo odio muchísimo, no puedo con él.—Murmuró entre un llanto leve, dirigiéndose al pequeño cachorro que la había recibido corriendo con paso torpes y atontados, pero moviendo su cola con alegría, pretendiendo conseguir cariño.—¿Tú que crees?—Volvió a preguntar ella cuando sintió como el animal lamía sus lágrimas.

Tal vez no debería estar así por un chico como ese, habían pasado muchos años, también había estado con otros chicos aunque ahora no fuera así, había pasado de querer a Adrien Agreste a pensar en él como una figura que en su momento la llenó de furia, pero que hasta solo unos días lo veía como un simple recuerdo vago que trataba de olvidar sustituyendo por otras cosas, aunque no lo lograse.

Trató de calmarse, se dio una buena ducha y se puso el pijama. Cuando estuvo en la cama de sábanas alborotada se quedó mirando el techo hasta que su móvil vibró.

"Recuerda que nos veremos mañana niñata." Ponía en el mensaje que le había llegado y no había que ser muy listo para saber que era Adrien.

Ni se molestó en abrir el mensaje, simplemente lo archivó y gritó contra la almohada, pero ¿a qué se refería con ir a verla mañana? ¿De verdad se atrevería a visitarla al trabajo aún sabiendo que Marinette iba? ¿Y si los pillaba? ¡No había que pensar ese tipo de cosas ella no estaba haciendo nada ilegal!

Ni se molestó en abrir el mensaje, simplemente lo archivó y gritó contra la almohada, pero ¿a qué se refería con ir a verla mañana? ¿De verdad se atrevería a visitarla al trabajo aún sabiendo que Marinette iba? ¿Y si los pillaba? ¡No había que pen...

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Le tocaba el turno de mañana y siempre que un día trabajaba hasta tarde y otro súper pronto la dejaba muerta. Pero aún así tomó fuerza y limpió todo con buenos ánimos, quería dejar todo impecable mucho más que de costumbre y no sabía por qué.

Atendió a los mismos clientes de la mañana y siguió la misma rutina, cuando se dio cuenta el reloj estaba apuntando a las 12, ni rastro de Adrien o Marinette, tal vez la francesa tenía mejores cosas que hacer.

—________.—La llamó una de sus compañeras desde la entrada y la joven que se encontraba colocando unos platillos en la gran cocina.

—Voy—dijo por último y salió.—Dime Marina.—Se quedó muda cuando sus ojos visualizar a su peor pesadilla.

—Es Adrien, el nuevo cocinero.

"El nuevo cocinero, imposible." Se repetía ella en su mente.

—Enséñale las instalaciones y...¿estás bien?Estás muy pálida.

—Estoy bien, solo que—rió como si expulsara un último suspiro—no he dormido muy bien, ya ves.

—¿Segura? Si no puedes lo haré yo, aunque esto no tardará en llenarse de gente.

—Tranquila yo puedo, tú vete con los demás, yo he terminado de ordenar eso y no me importa enseñarle las instalaciones ahhh, ¿Adrián?—Cuestionó con una sonrisa fingida.

—Adrien, soy francés no lo confundas porfavor.—Corrigió con cinismo en su tono.

—Está bien, yo seré una pequeña guía, me llamo ________ sígueme.—Dijo entre dientes e intentando no decir una estupidez de la que luego se arrepentiría.

Entraron por la típica puerta con el cartel de "solo personal autorizado" y cuando se cerró la puerta la chica reaccionó.

—¿Qué coño haces aquí?¿No te bastó con atormentarme ayer para que estés también en mi puto trabajo?

—Eh perdona, ¿cómo habías dicho que te llamabas?¿Karina?¿María?¿Ana?¿Digo más nombres sin parecidos al tuyo?—Habló entre risas llenas de falsedad.

—¡No te hagas el idiota!¡Estoy hasta lo que no tengo de que vayas detrás de mi!

—No te confundas querida, yo no voy detrás de ti.—Reprochó mientras la sujetaba de las mejillas y ella enseguida se apartó.

—¿Y cómo le llamo a esto?¿Acoso?¿Admirador?¡Ya no puedo más!—Exclamó con un nudo en la garganta intentando no llorar delante del rubio.—Márchate de aquí, no hagas esto más difícil.

—No tendríamos que estar así si tú no te hubiese metido en mi mente.

—No es mi puta culpa que no sepas dejar la mierda en el pasado, yo al menos si lo hice.

—¿Enserio?No te creo.—Contestó sujetándola de la muñeca y con la madíbula totalmente tensa.

—No me creas, no es asunto mío.

—No te creo porque si fuera así te daría igual que trabajara aquí, que fuera novio de tu amiga. Si lo hubiese olvidado no te temblaría la voz, no quisieras alejarme, no tendrías los ojos llorosos.

—Lárgate de aquí, no te quiero cerca de mí.—Respondió tan cerca de la cara de Agreste que sentía que su aire era robado.

—Lo lamento niña, estás condenada.—Le robó un pequeño y me mostró una gran sonrisa de dientes blancos.—No te molestes en seguir con tu tour de mierda, en realidad ya me sé las instalaciones, me las habían enseñado anteriomente pero quería joderte un poco más, jusqu'à maintenant mon chéri.

"¿Por qué le tengo tanto miedo?No ha hecho nada más que rozarme los labios. En realidad tengo miedo de lo que pueda hacer con mis sentimientos, pisotearlos y luego marcharse, como lo hizo hace tanto tiempo. Y aún sabiendo sabiendo a lo que me enfrento por qué tengo las lágrimas saliendo de mis ojos, es por la rabia tiene que ser eso."

Cuando lo vio salir por la puerta saltó contra el suelo como si fuera la cara del rubio y grito silenciosa, se apartó las lágrimas delicadamente para que no dañaran su maquillaje, tomó aire para expulsarlo, se arregló su camiseta negra y sonrió de forma pacífica.

Si Adrien Agreste venía a cobrarle que fuera su tormento, se convertiría en una verdadera razón para odiarla, le demostraría que ya no era la misma niña que antes y sería su forma de hacerle pagar por haber sido su pesadilla durante tantos años.

Ambos ya no eran críos, eran unos adultos y estaban jugando a la última partida donde se perdía o ganaba una vez de forma irreversible.


¿Sabeis la putada que me hizo repetir este capítulo como 3 veces? Porque se me borró, odio la mierda como la que está wattpad.

Ahora Mando Yo [OFICIAL 2°TEMPORADA] (Adrien y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora