[El Dilema.]

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—Oh, disculpa, no sabía que estábamos jugando a morir, entonces...

Mis impulsos, no podía contenerlos, una furia recorría por todo mi cuerpo al oír sus palabras, mis dientes rechinaban al hablar, solo pude desenvainar mi guadaña de mi espalda y de un barrido rápido la acerque a su cuello amenazándolo a sangre fría.

—¡Entonces porque no vas allá afuera y les dices a esas cosas que nos dejen de matar!
¿¡Pues es un juego no!? ¡Ya se! ¿Por qué no vas allá atrás, desentierras a mi mejor amigo —señalé de forma bastante agresiva su tumba. y le dices; "Oh, disculpa porque por mi culpa te mataron, pero no te preocupes, ya puedes despertar, porque es un juego"? ¿¡Eh!? ¿¡Por qué no lo haces!? ¡Porque gracias a mi tú tienes que comer para no morir! ¡Porque gracias a mi, tú puedes dormir tranquilo para poder vivir un día más! ¡Porque gracias a mi tú y ella se volvieron a encontrar! ¡Porque si no fuera por mí, seguirías allá afuera medio muerto y buscando en donde poder pasar la noche y el día con miedo a morir!.

Entonces mis ojos se empezaron a tornar rojo carmesí, mi furia empezó a incrementar, mi guadaña solo apuntaba a su garganta con el filo de la misma, en mi cabeza podía oír unas palabras que se repetían una y otra vez que me decían que lo hiciera, que lo matará, pues un baño de sangre haría que la in-subordinación no volvería a pasar <<¡Hazlo!>> escuchaba una y otra vez, entonces en ese momento de silencio que parecía eterno donde nadie se movía, unos solo temblaban del miedo, otros intentaban detenerme pero sabían que sus intentos serian en vano pues no sería la primera vez que me ven acabar a alguien con esa arma pues las "cosas" que enfrentábamos eran 10 veces peor.

—Anda, hazlo...

Mi furia no podía detenerse y de un solo movimiento había cortado levemente un poco su cuello, al hacer eso una pequeña gota de sangre corría por su garganta y se desviaba hasta la punta de mi guadaña.

—¡Pe-Pe-Pe.... ¡PERDÓN!.

Gritó de forma aterrada levantando los brazos en forma de rendición, sus piernas no dejaban de temblar, su voz tartamuda y quebradiza, pues pensaba que no tenía salida. Fue cuando entonces ella apareció, no me había percatado de su presencia hasta que sentí su mirada aterrada, entonces fue cuando sucedió algo, mi ojo izquierdo empezó a soltar unas lágrimas, pero era algo raro pues en efecto estaba llorando de un solo lado, del ojo izquierdo, esos 5 minutos parecían 5 horas, al ver como lo amenazaba ella no dijo nada pues se quedó completamente pasmada, había tirado troncos de leña que estaba cargando con ambas manos pues se supone iba a ser para calentar la comida, llevo ambas manos a su boca, sus ojos temblando y llorando sin parar, cayó hincada en el suelo sin dejar de llorar, al sentir su mirada de miedo era como si el mismo se me traspasara a mí, empecé a temblar, a sentir frió, mi corazón se aceleraba más y más poco a poco, solo pude alejar mi guadaña de su garganta algo manchada de sangre, con una mirada en blanco, pero tuve que disimular pues no podía ceder mientras

[M. U. N. D. O.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora