• [ T W E N T Y - S E V E N ] •

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—¡Sostengan bien su cuerpo! —Ordenó la voz grave y molesta del Cazador Sho, al mirar que sus hombres estaban perdiendo el poder sobre la situación. Akali estaba en su forma humana, con sus ojos dorados más que brillantes por la furia mientras era sostenida por más de cuatro hombres que intentaban sacarla de la jaula de gran tamaño a la fuerza.

A la mañana siguiente desde que feu llevada ahí, el Cazador había entrado a la bodega seguido de un gran grupo de hombres que traían consigo una jaula un poco más pequeña pero lo suficientemente grande para los humanos comunes, hecha de plata, con cadenas saliendo desde el suelo, en total eran cinco de éstas, hechas del mismo material.

Al momento en que lograron sacarla de ahí bajo la mirada y resistencia de algunos Licántropos que estaban encerrados con ella, la golpearon en la cabeza para hacer más sencillo el trabajo.

—¡Dejala en paz! —Espetó Jung sosteniendo las barras de plata con fuerza y enojo, la frustración los estaba consumiendo al no poder hacer algo para defender a su Alfa.

—Tranquilo chico, solamente quiero hacer algunas pruebas. —Contestó con una sonrisa malévola Sho, al ver cómo la cara de Jung se desfiguró.

Akali fue sometida con unos cuantos golpes para hacerla entrar a la otra jaula de plata. El Cazador hizo una señal a uno de sus hombres que en un maletín, tenía consigo varios tipos de líquidos. Y todos tenían aquel olor a el Acónito. Jung miró la situación con terror, no deseaba que su hermana menor pasara por un proceso de tortura como lo había hecho la vez anterior que estuvo ahí. Algo le decía que ésto era más horrible que ser torturado.

—Debemos hacer que se convierta en Lobo. —Comentó con un atisbo de diversión en su tono de voz. Akali se mantenía impasible, aún era sostenida por hombres que le impedían cualquier movimiento, sabía que algo andaba mal y lo pudo confirmar cuándo el hombre se acercó a ella.

Ordenó que la soltaran, y que cerrasen la puerta de Plata de la jaula quedando solamente ellos dos dentro. Akali sonrió con amargura en sus expresiones y después negó con la cabeza.

—¿Te das cuenta del gran error que acabas de cometer al encerrarte conmigo en una jaula? —Preguntó con burla y ironía en sus voz.

—¿Y tu te das cuenta del gran error que acabas de cometer al dejar solo a JiMin? —Atacó y ella alzó la mirada con pánico en sus ojos.

¿Como era posible que ese hombre supiera que JiMin y ella...?

La pregunta se quedó al aire en su mente, ya que eso no le parecía importante sino, lo que diría ese hombre después.

—Me da algo de pena, el príncipe no podrá llegar a rey... Lástima, por que pienso matarlo yo mismo en estos momentos. —Sonrió con malicia y Akali sintió que Akiba estaba luchando de muchas maneras para salir... Y entonces entendió el truco.

Quería probocarla para que Akiba saliera, y no se lo iba a permitir. Con toda su fuerza de voluntad negó con la cabeza y trató de contener el aliento al sentir que de nuevo Akiba aplicaba fuerza.

—No voy a dejar... Que le hagas daño a nadie... Ni a JiMin... Ni a Akiba. —Le dijo con seguridad y Sho suspiró sabiendo que ella no fue estúpida por que simplemente no lo era, ella era demasiado inteligente y comprendió el truco de su parte.

—Bien... Quería hacerlo de una buena manera. —Se encogió de hombros y de su bolsillo de su chaqueta, tomó una jeringa de un tamaño medio y la clavó sin previo aviso en el antebrazo de la chica haciendo que ella jadeara por el leve dolor que le proporcionó. Sintió que sus venas comenzaban a quemar y que su garganta se secaba en segundos.

Fangs & Claws ♡ °[𝑃𝐽𝑀]°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora