¡Hola!... mi nombre es Natalia, tengo 28 años, soy bisexual y uno de mis pasatiempos favoritos es escribir. En esta ocasión escribí sobre algo personal que considero una de las experiencias que sin duda quedará en mi corazón, en mi mente y en mi cuerpo por el resto de mi vida.
A veces las cosas no siguen el camino planeado, pero eso no significa que las cosas no vayan a terminar bien... y eso tuve que vivirlo hace unos días...
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Viernes 20 de septiembreMi día empezó con normalidad, salí de mi casa hacia mi trabajo muy emocionada porque para ese día Adriana (mi novia) había planeado una celebración con motivo de mi cumpleaños, al salir cada una de su trabajo. Normalmente de lunes a viernes vamos con mi novia al gimnasio por las tardes después de trabajar pero obviamente ese día no iríamos al por los planes que habíamos acordado.
Como iba contando, empecé mi día con normalidad aunque más emocionada de lo que regularmente soy por las mañanas pero esa emoción fue disminuyendo ya que en las primeras horas el trabajo empezaba a complicarse y lo peor de todo era que por asuntos que no eran míos pero a veces toca resolver los problemas que otros provocan. Ya para medio día, el estrés solo iba aumentando y yo no veía la hora de poder salir de la oficina pero durante toda la tarde el estrés siguió aumentando y mi mal humor también, ni siquiera tuve tiempo para poder contestarle los mensajes a mi novia porque me tenían en una reunión "de emergencia" para resolver el problema que otro compañero había provocado por su negligencia. Yo me sentía preocupada y enojada porque sabía que Adriana estaba preocupada por mí, por no tener alguna respuesta mía a sus mensajes.
La hora de salida ¡por fin había llegado!... pero... resulta que por seguir resolviendo el problema que no era mío, no podía salir hasta que todo quedara solventado. Mi mal humor creció aún más pero no me quedó más remedio que resignarme y trabajar hasta la hora que fuera necesario. Ya para ese momento para mí lo peor no era trabajar hasta tarde, porque me ha tocado hacerlo en otras ocasiones durante los 6 años que llevo trabajando en esa compañía, ese día lo peor para mí era que mi novia ya me estaba esperando en el estacionamiento de la oficina. ¿Cómo iba a hacer para que me disculpara por cancelar mi celebración de cumpleaños que ella había planeado?
Adriana había invertido tiempo y dinero en la cena o en lo que fuera que tenía planeado para esa noche, porque no me quiso dar detalles, solo me dijo que era una sorpresa. Pero ya no podía hacer nada, por el momento, más que disculparme y esperar a que ella comprendiera la situación.
Dejé todo mi trabajo por un momento, no tuve el valor de salir y hablarle personalmente porque sabía que me iba a sentir peor de lo que ya me sentía, así que sólo la llamé y le conté la situación en la que estaba y que era mejor que se fuera porque no quería que se aburriera esperándome, ya que no tenía idea a qué hora iba a terminar de trabajar. Pero como lo pensé, se enojó. Trató de no demostrarlo pero fue inútil y terminamos discutiendo un poco; y era justo lo que me faltaba para catalogar este día como "un pésimo día".
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¡El regalo de mi novia!
RomanceCuando las cosas no salen como se planean... pero terminan mucho mejor...