La Mansión Akashi

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Kouki caminó tentativamente a lo largo del pastoso camino, de su boca salían pequeños sonidos de dolor, su pie gracias a que no cayó sobre el, no estaba sin verdaderas lesiones pero su tobillo que cargaba con todo su peso en el momento del accidente fue el que resultó más dañado, además después de un momento de descanso y masaje aún no estaba en perfectas condiciones.

Esa mañana cuando salió a dar un paseo en la bicicleta que su hermano alquilo para él, jamás se imaginó que terminaría llendo tan lejos de donde se encontraba alojado y menos pensó que tropezaría con una roca que lo llevo a desviarse a un camino bastante extraño, con toda y bicicleta dio vuelta metros abajo de un pequeño "tope" de terracería.

Había que decir que la terracería estaba en realidad inundado de pasto y por eso sus heridas no habian llegado a ser tan extremas como su pequeño esguince.

De todos modos a Kouki se le dificultó mucho poder pararce y caminar y en medio de su panico se terminó perdiendo.

Ciertamente lo que lo llevo a entrar en ese estado no tenía nada que ver con la caída, sino haber despertado desorientado en medio de la noche y de la nada.

Cuando despertó pensó que sólo habían pasado un par de minutos desde su caída pero en realidad habiía estado inconciente toda la tarde, incluso pudo haber sido todo el día.

Cuando salió de donde su hermano y él estaban hospedados era temprano, el sol estaba resplandeciendo y ahora mismo no era más que oscuridad y frío.

-Mi madre sólo tendrá un ataque de risa cuando le cuente esto.

Se dijo así mismo Kouki en voz alta para no sentirce tan solo, mientras, seguía caminando con dificultad gracias a su tobillo inflamado, por otro lado, su ropa de verano, que había sido una buena idea usar esa mañana ahora no estaba ayudando para nada, la frialdad de la noche lo mantenía con su piel crispada y el dolor en su tobillo empeoraba con el frío que sentía.

Su madre le había advertido antes de que viajara con su hermano que era mejor llevar ropa abrigadora por sí en su viaje sentía frío, él había investigado muy bien acerca del clima de Kioto y decidió que sí la necesitaría sería para salir de noche y eso era algo que él no disfrutaba.

Y ahora estaba ahí, su bicicleta tenía ligeros rasguños, su tobillo seguía adolorido, su ropa estaba sucia y todo su cuerpo empezaba a temblar debido al frío.

Ahora era cuando quería haberle hecho caso a su hermano mayor cuando le dijo que era mejor salir a cenar con aquellas hermosas chicas que ir a pasear en bicicleta, pero Kouki se había negado por una simple razón, no quería ser irrespetuoso, tampoco quería que alguna de aquellas chicas se viera interesada cuando no podía corresponder sus sentimientos romanticos.

Hace unos años atrás lo había intentado, demasiadas veces, pero al final ya no pudo seguir engañandoce así mismo, no quería dañarse más y tampoco lastimar los sinceros sentimientos de otras personas.

Uno de los propósitos de este viaje lejos de su entorno natural era poder encontrarse más así mismo, quería tiempo para estar solo, para saber lo que haría más adelante con su vida, cabe decir que su hermano sabía todo ahora y asustado de que quisiera irse con el primer tipo que le mostrara interés, lo acompaño en su aventura.

Su hermano mayor había alabado su coraje y valentía por haberle dicho la verdad a él y a sus padres, le dijo que no todos podían ser fuertes en situaciones así, y al haber por fin destapado su sexualidad, lo invitó a que se enamorara, le aconsejo que debía salir a buscar lo que le faltaba, talvez así podia allarce un poco más en paz.

Kouki había aceptado, así que decidio viajar a Kioto, siempre había querido ir allí y su familia estuvo de acuerdo pero su hermano nunca espero que su indeciso hermano menor tomara una decisión en serio y asustado, tambien empacó maletas y siguió a Kouki.

El misterio de la mansión. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora