Cuando Kouki despertó podía ver através de las cortinas delgadas de la habitación donde se encontraba, afuera aún llovía y las ramas de los árboles debido al viento hacían sonidos extraños y aterradores, el frío que entraba por la ventana hacia que su piel se erizara, esto lo hizo abrir aún más los ojos.La habitación estaba a oscuras pero la poca luz que entraba de afuera lo hizo ver que era grande y de colores neutros, no tenía vida y se veía triste, a pesar de esto todo se encontraba en perfectas condiciones.
Kouki palpó las sabanas, estas eran suaves y ligeras, aún después del desmayo que había sufrido no se sintió mareado o con dolor de cabeza, lo que más le preocupaba en este momento era saber con que tipo de personas había ido a parar.
Se levantó y se acercó a la puerta, el castaño estiró su mano y giró el picaporte, pensó que estaría cerrada o atrancada por fuera pero la realidad fue que la puerta crugío y se abrió.
Kouki lentamente salió de la habitación y caminó por un pasillo largo y oscuro, no sabía si era una buena idea salir y perderse o quedarse en la habitación y esperar si todo era sólo un malentendido.
El pasillo oscuro tenía muchas puertas en sus paredes, Kouki ni siquiera intento abrirlas, no estaba seguro que encontraría algo bueno dentro, lo mejor era llegar hasta unas escaleras y desde ahí correr hasta encontrar una salida.
Mientras seguía caminando y palpando la pared que en ocasiones no veía, se dió cuenta que su celular que antes estaba en su bolsillo ahora ya no se encontraba con él, aún llevaba su ropa pero esta no se sentía sucia o mojada.
El pasillo no parecía estar llegando a algun lugar, no sabía si era porque la mansión en realidad era enorme o porque había entrado en verdad en lugar extraño.
Estaba empezando a dudar si seguir o regresar a la habitación que tenía un poco más de luz.
¿Porqué no pensó antes en huir desde la ventana?
O sí, su tobillo estaba fracturado.
Kouki se paró de repente.
¡Su tobillo estaba esguinzado!
Pero, ¿porqué no sentía dolor alguno?
Al poner con más fuerza su pie en el suelo se dio cuenta que efectivamente no dolía para nada.
Kouki caminó aún más rápido y cuando miró por un pasillo que se cruzaba por donde él venía pudó ver unas escaleras.
La estructura y el estilo de las escaleras se veía antiguo y elegante como todo lo demás
Kouki sonrió contento, porque sabía que estás escaleras eran las que había visto cuando el mayordomo subío para llamar a su Amo.
Definitivalente se encontraba cerca de la puerta, iba a escapar porfin de estas personas extrañas.
Kouki bajo silenciosamente, abajo todo estaba como cuando había llegado, los muebles, las fotografías y las flores eran las mismas.
La puerta de entrada estaba a unos pasos, corrió y tiró de la puerta listo para correr por otras dos horas hacía el pueblito donde su hermano y él se alojaban.
Pero definitivamente todo había parecido muy fácil.
La puerta no se movió ni un poquito y el castaño entró aún más en pánico.
Kouki transpiró y su respiración se dificulto, por más fuerza que empleaba la puerta no se movió.
Kouki giró en sus pies pero no había alguna ventana a simple vista por donde pudiera escapar.