[El viento anunciaba que pronto el año llegaría a su fin, el calor hace mucho que había desaparecido, dejando a diario solo rocío en el pasto, el jardin cada vez estaba más largo y el chico castaño aunque resfriado debido a la lluvia estaba contento porque eso quería decir que porfin podía cortar todo el pasto de la mansión.
Hace un mes atrás había sido la ultima vez que había hablado con su amo, el día de su cumpleaños el joven sirviente le había pedido espacio para que la familia Akashi no se enterara de que ellos compartian afectos más alla de su relación Amo-Sirviente.
Su Amo no habia querido pero el chico había tomado esa decición, si la poderosa familia se llegaba a enterar podian ser capaces de todo, incluso deseredar a su propio hijo.
El castaño no quería que por un amor prohibido su amo fuera orillado a quedarce en la calle.
El podría soportarlo, después de todo había nacido en la calle misma donde también fue abandonado pero su amado señor no estaba acostumbrado a eso.
Además en el tiempo que habían tomado distancia, el chico escucho los chismes de la cocinera y la sirvienta encargada de las habitaciones de los señores, que el hijo mayor estaba enfermo y no se le permitía salir de su habitación.
Eso había pasado hace unas semas y ahora que habían pasado más de dos meses era tiempo de que el castaño viera a su amo.
Lo extrañaba mucho, aún podía recordar como si fuera ayer cuando elel vivía, jugaba, dormía y pedía en las calles y un día el Amo Akashi le habia hablado, ofreciendole trabajo como su propio sirviente.
El pequeño niño habia aceptado la oferta del joven y adolecente chico.
Así años después aún seguian juntos, pero se habían acercado aún más cuando una noche por accidente, mientras llevaba de cenar a su amo, lo había visto desnudo.
El joven apodado por las sirvientas más veteranas "Furihata" solo se sonrojo, el accidente de esa noche no acabo ahi, porque la ingenuidad e inocencia del chico habían dedaparecido dando paso a un enamoramiento repentido, desde ese momento no pudo volver a mirar la cara de su amo.
El amo habia notado su nerviosismo y como un hombre educado y culto no había abierto la boca ni dado su opinión hasta que una tarde recibio una carta muy sencilla y humilde.
El chico castaño aún recordaba lo dificil que habia sido escribir todo eso, él nunca aprendio a leer ni a escribir bien y lo único que podia hacer para confesar sus sentimientos era hablar con su amo pero no tenía la seguridad ni las habilidades.
La carta, enrollada en un humilde pedazo de hoja contenia un pedazo de flor marchita y arrugada.
Debajo de la flor unos pequeños trazos incongruentes se apreciaban "つばき"
Aún así el joven heredero los había decifrado.
-¿Tsubaki?
El chico castaño sonrió al recordar, esa pequeña flor que compro con unas cuantas monedas había hecho que su amo se interesara en él y después de que Furihata tuviera el valor de besarlo ninguno de los dos se pudo separar de nuevo.
El castaño se decidio porfin, entrando como un sirviente más en la mansión saludo a todos los demás y pidio entrar al jardin del amo con la excusa que era tiempo de cortar la hierba.
El sirviente afuera de la puerta era el mismo que todas las veces anteriores le había dicho que el Amo estaba indispuesto.
¿Tenía una enfermedad muy grave?
