Celebro.
Celebro
que el chiste más tonto empiece en mi cerebro
escrachado de noche fría
y termine en tu risa
que me hace sentir los pies calentitos.
Es como tirar una semilla al cemento
y que crezca un árbol en veintitrés segundos.
Dos árboles, en un minuto de tu risa
y nos sobran 6 segundos para chapar en el pasto.
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Escritos sin propósitos, pero con sentimientos.
RandomCansada de sentir tanto y no hacer nada con ello, decidí comenzar a escribir y, bueno, acá estamos.