Escritos sin propósitos, pero con sentimientos.

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Para la chica en el espejo, que entendió, y no, nada y todo.

Tu trabajo es saber, decís.
Qué ironía que sabiendo tanto
no puedas aprender a ser feliz.
Yo creo que nos dicen tantas veces que la felicidad no se encuentra fácil que nos la terminamos creyendo; quizás ya te la creiste.

Cuestionate entera tu existencia, pero nunca dejes que no tenga sentido alguno. Estar triste es tener el alma enferma. Intenta curarla, curate a tu manera en el tiempo necesario, pero curate. Padecer un dolor del alma duele más que cualquier golpe.

Con el tiempo aprendí que conocerse asusta, aunque todos deseamos hacerlo. Conocerse, en parte, es jugar a las escondidas con los demonios que habitan en nuestra cabeza y no debemos tener miedo de encontrarlos, así nos aterren de solo saber que están ahí.

Nadie puede lastimarte, excepto vos; por eso nadie puede curarte, excepto vos. No pienses tanto, no lo analices, no te detengas un segundo a mirar si a alguien le gusta lo que estás haciendo. Con que a vos te alcance, debería sobrar. Explicame, explicate, por qué querés seguir complaciendo a gente a la cual tu mera existencia debería bastarle. A nadie le pediste existir, por eso a nadie le debes tu vivir.

Ridícula y humildemente espero que hagas todo aquello que te haga desbordar el alma entera de felicidad.

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