PRÓLOGO

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Min Yoon Gi se sentía incómodo en su situación actual. Su madre lo había llevado -arrastrado- hacia la casa de su amiga para hablar sobre temas que a él no le interesaban. Así que, ahí estaba, sentado en el sillón de cuero negro, con cara de "mátenme, por favor" escuchando cada palabra que su madre y la señora Jung decían, mas no procesaba ninguna, su cabeza estaba ocupada en pensar cuándo se iría de se lugar.

- ...¿Qué te parece hijo? -su madre se le dirigió y él la miró con cara de "¿De qué rayos hablas?", pero su madre no reaccionaba, y en respuesta dudosa a la pregunta de la señora, asintió.

"Lo único que quiero es salir de aquí."

Pensó, pero ese pensamiento se le borró de la cabeza cuando la otra señora habló o más bien, gritó.

- ¡Perfecto! A partir de mañana puedes empezar a venir. -Yoon Gi miró a la señora sorprendido y esta le agarró del brazo para llevarlo hasta las escaleras en forma de caracol que llevaban a la segunda planta de aquella gran casa.- A mi hija le encantará tu compañía. Quiero ya presentártela. -lo guió por el extenso pasillo del segundo piso hasta una puerta de mármol blanco decorada con muchas calcomanías de búhos y lechuzas.

Ahora entendió la razón de todo esto... Regaló todo su tiempo en las vacaciones sólo para hacer de niñero de una mocosa. La señora Jung iba abriendo la puerta con una lentitud tortuosa, y cuando la puerta estuvo abierta de par en par se preguntó:

- ¿Por qué está tan oscuro? -"¿Lo dije en voz alta?"

- A mi hija no le gusta la claridad, es por eso que nunca sale del cuarto... bueno a parte de que tampoco le gusta la compañía y socializar.

"Si es así ¡¿por qué me trajo?!"

- ¡Han Ji, tenemos vista! -la mujer mayor buscó como pudo entre las penumbras de la habitación el interruptor de la luz y torpemente lo halló unos segundos después. Cuando se encendieron las luce de un bulto de sábanas salió una chica con una mirada pérdida, estaba mirando fijamente hacia el techo como si este fuera la cosa más maravillosa del universo, había un portátil entre los brazos de esta, escondiéndolo en su pecho como si su vida dependiera de ello.

"¿Una muñeca?"

Pensó Min Yoon Gi al ver el aspecto de aquella "niña". Su piel era muy pálida, parecía hecha de porcelana, su pelo era de un negro azabache que se podría comparar con la misma oscuridad de la noche, y en cuanto a los ojos, no se podía distinguir bien si eran de un marrón muy oscuro o negros como su pelo, pero a eso él no le importaba ahora, lo que le llamó la atención fue la mirada de la niña-muñeca, parecía sin vida, sin emociones, totalmente inexpresivos.

- Ella es mi hija... Jung Han Ji. Es autista... y quiero que pueda superar ese defecto... He pagado todos los tratamientos posibles, pero no muestra avances. Eres un gran chico Yoon Gi, lo que queremos tu madre y yo es que le hagas un poco de compañía por algún tiempo, si tiene un amigo quizás pueda abrirse un poco hacia el mundo. ¿Qué dices? -si Min Yoon Gi hubiera estado en sus días normales de seguro hubiera dicho: "No, jódanse y arrégleselas como pueda", pero no, de hecho sentía una gran curiosidad por aquella "niña-muñeca" autista, así que terminó aceptando la propuesta.

- Está bien, acepto. -la madre dejó al chico en la habitación para que pudiera "socializar" con su hija.

- Hola... ¿Cómo te llamas? -a él tampoco le gustaba socializar, pero este caso era único.

- Tú... ser... Jung... Han Ji. -la voz de la chica aparte de salir entrecortada, hablaba con un tono extraño.

- No, no, yo no soy Jung Han Ji. Te refieres a tí. -le dijo en una especie de explotación, bueno, al menos la chica entendía lo que decía, no era tan idiota como él pensaba.

- ¿Tí ser... Jun Han... Ji? -Ok, si era un poco idiota la chica, pero era parte de una discapacidad, no era culpa de la pobre, pero la paciencia del pelinegro se estaba agotando.

- Ya no importa... Yo soy Min- Yoon- Gi ¿entiendes? -le dijo pausadamente, se veía como un maestro enseñando a un alumno bruto a dividir entre sílabas.

- Yon... bi... ¡Yonbi!

Lo que él se imaginaba era que la chica lo iba a llamar correctamente, pero en lugar de eso le inventó un cutre apodo. ¿Yonbi? ¿Qué era la chica? ¿Fanática reprimida de Naruto?

"OK, soportarla va ser un trabajo más difícil de lo que pensaba."

Se dijo a sí mismo mentalmente. Desde el principio supo que comprenderla y soportarla sería complicado, muy complicado para su gusto, y aún así lo aceptó sin saber el por qué.

Próximamente.

Dimple || Min Yoon GiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora