Prólogo.

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Far From Home ni sus personajes me pertenece.

Género; Slash, romántico(?)

Pareja; Quentin Beck/Peter Parker

Advertencia; Quentin es un reverendo hijo de puta pero tiene sentimientos.

(◠‿◕)

Cuando llegas a una determinada edad, tu dedo anular refleja quién es tu persona ideal. Nadie sabe como y el porqué pero está ahí.

Peter no puede sentirse más avergonzado por esto. No esta impreso el nombre de la chica de sus sueños. Ni alguno que se asemeje al de una mujer, por el contrario, hay un nombre de un hombre allí, escrito en letras cursivas, remarcados en tonos verdes y oscuros.

Él no se considera una persona cerrada. Conoce parejas de hombres viviendo felizmente, como sus padres, e incluso antes pudo desear que un hombre fuera su pareja destinada. El problema es que él conoce a esa persona y desafortunadamente sus padres también. No era una persona buena como representaba ser. No es el hombre sonrisas brillantes y palabras bonitas. No es un hombre sincero.

Ese hombre es su pareja. Su enlace, su destino. Aquel que esta delante de él en uno de los rincones del centro de beneficencia comunitaria apresando su cuerpo entre sus fuertes brazos y una pared de concreto. Aquel que lo mira con ojos oscuros y salvajes, fuera de sí mismo. El mismo que odia a Tony Stark y todo lo que esté relacionado a él.

Peter debe admitir que esto no era el momento ni el lugar para una contienda. Había personas dentro del establecimiento bebiendo copas y derrochando dinero por un buen común. Sus padres seguramente se darán cuenta en algún momento de su falta de presencia y estarán buscándolo por todo el recinto.

Y oh Dios, esto ya es suficientemente malo para su cordura.

-— Tengo que ser sincero, Peter. — para su sorpresa, Quentin Beck es el primero en hablar. Su voz es elocuente y calma, sin embargo, los músculos de sus hombros estaban tensos alrededor suyo. — No estabas contemplado dentro de mis planes. — continua. Peter escucha a Quentin suspirar.

Tampoco dentro de los míos, Beck, quiso decir pero se tragó sus palabras ante la intensa e insistente mirada de Quentin sobre él.

Sus párpados se mueven de un lado a otro buscando en que distraerse, en un intento de excusa para no mirar al hombre.

El cuerpo de Beck es demasiado grande a comparación de su pequeña y escuálida figura, su pecho se ve fuerte, sus hombros son anchos como los de un hombre masculino y maduro y su ropa de etiqueta es demasiado ajustada, muy vistosa. Para alguien tan jóven, con la mente llena de estupidas hormonas como lo es Peter, es casi una proeza mirar a otro lado.

— Bueno, yo, tampoco lo esperé. — sus ojos se deslizan por debajo de uno de los brazos de Quentin. La salida de la habitación esta tan cerca y a la vez tan lejos, diablos. — ¿Por qué no hablamos sobre esto otro día? — en un lugar donde haya público. — No es momento de hablar en un evento tan importante, ambos tenemos otras prioridades aquí.

Quentin sonrie amable a pesar de tener una postura salvaje contra él. Su respiración emite un sonido áspero, casi animal. Peter no entiende el porqué de su comportamiento.

— ¿Estás seguro niño? — Quentin tiene el atrevimiento de invadir el espacio personal de Peter como si fuera nada. — Nuestro futuro depende de esta conversación.

La voz silenciosa y melodiosa suena demasiado cerca para sus oídos, es tortuoso, malo para su corazón. Todo lo que quiere hacer es alejar al hombre fuera de su preciado espacio personal y tomar un respiro profundo para luego huir de Quentin y de su nombre. De su maldición.

— Lo estoy. — sus bonitas y largas pestañas revolotean en dirección al hombre mayor e intenta sonreír brillante, como un niño a un adulto cuando desea algo. La distancia sigue siendo corta pero Peter trata de no pensar en eso. — No creo que sea el momento para hablar.

— Pero yo no estoy de acuerdo. De hecho, pienso que es un buen momento. No todos los días nos encontramos en un mismo lugar.

Peter lo sabe. Ya sea por aburrimiento o por la presencia de sus padres, son muy pocas veces que Quentin viene a un evento social. Sin embargo, en está en esta ocasión es diferente y es sorprendente porque todos saben cuándo difícil es la relación entre Tony y Quentin.

— Dime Peter. — Susurra en el inesperado silencio. El niño jadea aturdido por lo bien que escucha su nombre de esta manera; tan baja y secreta solo para él. — ¿Stark sabe de esto?

El niño de ojos chocolatados balbucea, pero no emite palabra alguna. Quentin se ve imponente y eso lo pone nervioso.

Y es frustrante porque en su vida no recuerda haberse sentido tan pequeño a lado de un hombre, hasta ahora.

— Yo — el volumen de su voz sube pero no vuelve a decir nada. Quentin frunce el ceño. Se aclara la garganta e intenta de nuevo. — ,no.

Hay un brillo divertido en el iris de los ojos de Quentin que lo hace temblar. La sensación es horrible, y emocionante a la vez. Es inestable.

Se odia tanto, tanto, tanto ...

— Pobre Tony. — hay un atisbo de malicia en su voz a pesar de tener una expresión compasiva en su rostro. — Saber que su hijo amado, el lindo Peter Rogers Stark solo será para mí, su más querido amigo... imagino que podría morir.

Probablemente podría tomarse como un acto de cobardía al apartar la mirada pero él no piensa demasiado en eso, en cambio todo lo que puede pensar es en la pobre y desdichada suerte que su padre tiene. Él, su único hijo, el chico que Tony crió desde pequeño, aquel que amó desde el momento en que dió a luz, tiene como pareja al ser que más odia en su vida. Joder, si él fuera su padre podría tener el mismo sentimiento hacía la situación.

— Esto es simplemente divertido. — sus manos ahuecan sus mejillas dulcemente. — Un hombre mayor y, para colmo, el enemigo de tu padre será tu pareja por el resto de tus días. Lloraría si fuera tú.

Peter inhala en un intento de calmar el horrible traqueteo de su corazón.

— ¿Por qué no rompemos el vínculo, Quentin? — pregunta, encarando al mayor, apretando sus pantalones en puños. No se da cuenta de lo cerca que esta de Quentin hasta que siente su nariz rozar la suya. — estoy seguro que de esta manera no habría problemas.

— ¿Y perderme del espectáculo? — cuestiona. —, no gracias. Sería bastante doloroso para ambos. Un vínculo es tan poderoso como el oxígeno en tu sistema, nos mataría.

— ¿Entonces qué es lo que quieres?

Hay un momento de silencio abrumador de parte de Quentin. Su cuerpo sigue tenso alrededor suyo pero su rostro es sereno. No parece haber una pizca de maldad pero Peter sabe que está ahí. No es necesario tener un vínculo para saberlo. Quentin es malo. Y en el fondo eso rompe su corazón.

-— ¿Qué es lo que quiero? — los ojos azules y profundos de Quentin divagan a la nada. Sus labios se tuercen en una sonrisa. — Quiero que tú y yo seamos pareja, por supuesto.

(◠‿◕)

Bueno, este es mi primer fanfic dentro de este fandom, así que espero que pueda hacerlo bien y mejorar con el tiempo.

No tengo beta, así qué como la frase dice "morimos como hombres"

Nos vemos.

Problema.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora