Capítulo 2

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Víctor estaba muerto pero él no lo sabía, comenzó a escuchar las voces de sus seres queridos que le hicieron darse cuenta lo que había pasado.

+ ¿En serio? Sé que no he Sido un gran hombre, ni un ejemplo de pulcritud, pero yo no quería morir aún. Me faltaba mucho por vivir.

De nuevo comenzaron a escucharse voces en la sala, los amigos y familiares comenzaron a llegar. Se escuchaban lamentos, condolencias y una que otra crítica que no podía faltar.

- ¡Comadre! Lamento mucho su perdida, el compadre fue un gran hombre. Es increíble que esto le haya pasado.  No dude en pedir lo que necesite comadrita, usted no se quedará desamparada.
- Muchas gracias compadre. Que bueno que llegaron para acompañarnos en este dolor.
- ¡Comadrita hermosa! No puedo creer que se nos haya adelantado el compadre.
- Gracias comadre, lo sé. Siempre tan amoroso conmigo y dió su vida misma por salvarme. Siempre será mi amor eterno.
- Lo se comadre, él siempre hablaba maravillas de usted.
- Pasaré a despedirme de mi compadre, las dejo solas un momento.- se acercó al féretro para ver por última vez a su entrañable amigo y compadre del alma.

+ Compadrito, compadre, escúchame aquí estoy por favor. Esto no puede ser real.
- Mi buen Víctor, compadre que buenas aventuras vivimos juntos. Esas fiestas y esas borracheras jamás las olvidaré.
+ ¡vaya que si! Vivimos cada cosa compadre.
- Pero quiero que sepas que a mí comadre no la voy a dejar sola, pobrecita ojalá la pudieras ver tan sensible y tan delicada, tan propensa a que alguien la aceche, con esas caderas y esos muslos que enloquecen. Que bien atendido te tenían compadre, jamás entendí porqué andabas con otras viejas.
+ ¿qué pasó compadre? Más respeto a mi mujer, siempre sospeche que tus abrazos no eran solo de cariño. Pinche compadre.
- Amor, dice Gloria que la acompañes un momento afuera quiere preguntarte algunas cosas.
- Si claro , ya voy. Hasta pronto compadre, yo me encargaré de cuidar a tu mujer.
+ Pinche compadre, ¿qué pasó? Deja a mí mujer cabron.
- Querido Víctor, compadre, amigo y amante. Como siempre de estúpido con tu mujer, por su culpa estás aquí pendejo. No sé qué le veías a mí comadre, si bien que cuando nos escapabamos nos dábamos nuestras encerradas. Lastima que jamás lo volveré a probar. Ahora se lo comerán los gusanos.
+ ¡ay comadrita! tu como siempre tan sincera y tan deliciosa que estás canija. Al menos le gané a mi compadre y me comí ese pastelito.
- Ni modo compadre, ya lo vivido y probado no me lo quita nadie. Ya nos veremos en el infierno pero mientras a seguir disfrutando de la vida.
+ ¿Infierno?

El silencio invadió de nuevo a nuestro amigo y sus pensamientos surgieron de nuevo.

+ Y ahora, ¿qué pasará ? ¿A dónde iré?

Se escucha una voz gruesa entrar a la sala y pasos acercándose al féretro.

- Mi buen Víctor. Un gran elemento, trabajador, eficaz, atento, siempre llegando temprano y saliendo tarde de la oficina. Nunca peleaste el cobro de tus horas extras. Siempre con la camiseta bien puesta, fueron muchos años trabajando para la empresa.
+ Licenciado Paredes, jefe, aquí estoy fiel como siempre y con la camiseta puesta. No deje que mi esposa quede desamparada. Se lo pido por favor .
- Es una lastima que te faltará tan poco para jubilarte pero bueno, trataré de apoyar a tu esposa con los gastos no te preocupes. Tu puesto ya ha Sido cubierto, no podemos dejar el trabajo atrasar. Espero que encuentres la paz mi fiel empleado.
+ ¿Qué? Siempre decía que nunca podría reemplazarme. Tantos años trabajando bajo su yugo, ¿Para esto? Maldito Paredes. Siempre me lo decís Gloria, ¿Qué piensas que te harán una estatua o qué? Ahora entiendo tantos años perdidos por el trabajo, tantos años lejos de mi familia para que estos desgraciados no puedan por lo menos respetar unos meses mi lugar y extrañarme . Pobre Gloria, ojalá que luches por lo que mereces. Perdóname por todo los días que no estuve a tu lado por culpa del trabajo.


Desde mi Ataúd Donde viven las historias. Descúbrelo ahora