Narra Brooke
Me desperté por un molesto rayo de sol que estaba en mi rostro. Suspiré frustada y me levanté. Miré a mi alrededor y solo veía un bulto en la cama de Allen. ¿Será él o el orco? Solté una risita y bajé lentamente de mi cama, miré la litera de arriba y vi que Cameron tampoco estaba. Me acerqué cautelosamente a la cama de Allen y quité poco a poco la sabana de su cabeza. Sin duda era él, ¿qué pasaría si le gastara una broma? Reprimí una carcajada. Cogí aire antes de gritar:
-¡Allen despierta!¡Hay fuego en al cabaña!
Allen saltó de la litera totalmente asustado cayéndose al suelo. Tenía el pelo desordernado, la sabana enredada en su cuerpo y cara de asustado. Estallé una sonora carcajada.
-¿Tú eres tonta niña?-Preguntó y asintí. Él se levantó quitándose la sabana de su cuerpo.
-¿Te quieres vestir?-Pregunté al darme cuenta que solo llevaba un pantalón de pijama.
-¿Te molesta?-Sonrió y bufé. Ni si quiera le contesté, fui a mi maleta y cogí mi bolsa de aseo y la ropa que usaría. Estaba a punto de entrar cuando la voz de Allen me interrumpió:
-¿Qué haremos hoy?-Preguntó, me giré y me encogí de hombros.
-No veo el futuro.-Contesté con una sonrisa.
-Ya enserio Brooke, deja lo borde por una vez en tu vida, ¿quieres?-Habló Allen mientras se acercaba a mí.
-Dejaría de ser borde.-Hice una pausa.-Pero como me lo dices tú, no lo haré.-Finalicé con una sonrisa.
-De acuerdo pequeña Brooke, si así te sientes feliz, no lo hagas.-Dijo con una sonrisa. Enseñe mi dedo del medio y entré en el baño. Ayer no me di cuenta de que en la cabaña había un baño, por eso fui al servicio colectivo de chicas.
Me duché y empecé a vestirme cuando me di cuenta que la camiseta no lo había cogido. ¡Diablos! Felicidades Brooke, eres un ejemplo para el futuro. Suspiré y me acerqué a la puerta.
-Allen.-Lo llamé.
-Dime.-Me contestó.
Mierda y mil veces mierda.
-¿Puedes coger una camiseta blanca de tirantes que estará justo encima de mi maleta?-Pedí educadamente. Escuché unos pasos acercándose a la puerta y sonreí. ¡No fue tan difícil! Estiré la mano para coger la camiseta pero sentí una mano entrelazándose con la mía. ¿Qué mierda...?
-¡Allen!-Grité y escuché una risa del otro lado.-Dame mi camiseta, estúpido.-Exigí.
-No.-Dijo y apretó su mano contra la mía.-¿Qué ganaré a cambio?-Pregunté y gruñí.
-Un puñetazo en tu rostro.-Contesté.
-No me gusta.-Habló y bufé. Intenté coger una toalla para enrollámerla alrededor de mi cuerpo para poder salir pero no llegaba porque tenía ese piojo cogiendo mi mano.
-Pues te jodes y bailas, ¡Ahora dame la maldita camiseta!-Grité.
-De acuerdo.-Dijo y soltó mi mano. Sentí la tela de la camiseta en mis manos y sonreí. Cuando vi la camiseta quise morir.
-¡Allen estúpido, dije una camiseta mía, no tuya!-Grité irritada.
-Pues te jodes y bailas.-Me imitó y rodé los ojos. Me puse la camiseta de Allen, olía tan bien... ¿Qué dices Brooke? Salí del servicio y pude ver la amplia sonrisa que tenía el idiota puesta en la cara.
-Gilipollas.-Dije y caminé para elegir una camiseta. Paré en seco cuando me di cuenta que mi maleta no estaba allí. Giré sobre mi eje y andé peligrosamente hasta Allen que se encontraba sentado en la cama mirándome con una sonrisa.-Mi maleta, ahora.-Exigí y Allen alzó las cejas. Se levantó y se puso delante mía.
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¡Idiota!... Te quiero!
Teen Fiction-¡Niñato! -¡Idiota! -¡Mimado! -¡Bruta! -¡Niño pijo! -¡Marimacho! -¡Ególatra! -¡Fuera de mi coche! ¡Ahora! Salí del coche y una idea se pasó por mi super mente. -¿Ah si? Observa lo que hago con tu lujoso coche. Cojí mis llaves y las paseé alrededor d...