Capítulo II. A Love Suicide

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La canción recomendada para este capítulo es "A Love suicide" de Yutaka Minobe. Recomiendo mucho que lean la letra y escuchen la canción en la parte casi final de esta historia. Disfruten la lectura. 

...

¿Realmente te he dañado?

Las gotas de lluvia golpeaban incesantemente en las ventanas de aquella habitación, haciendo un ruido estruendoso. Los rayos azules iluminaban el rostro de las dos chicas que se miraban fijamente. Después de eso vino el trueno, el rostro de ambas chicas parecía que iba a estallar.

La primera, la pelirroja, tenía el rostro tan rojo por el enojo que incluso se podían ver algunas venas saltar en su frente.

La segunda, la de cabello azabache, fruncía fuertemente el ceño y apretaba los dientes y las manos en dos puños.

En ningún momento dejaron de verse. Los ojos amatistas de Maki chocaban directamente con los carmesí de Nico; un brillo indescriptible salía de ambos. Entonces un rayo lejano iluminó con su luz el rostro de ambas una vez más, seguido del estruendo del trueno. Esa fue la señal que esperaban para que ambas estallaran en cólera.

—¡Si realmente no querías hacer esto porque simplemente no te negaste! —Gritó Nico y se acercó amenazadoramente a Maki. Ella retrocedió, cohibida al ver el comportamiento violento de Nico. Sin embargo, Maki en ningún momento cambió el semblante de su rostro.

—¡Te dije que no quería hacer esto, que esto nunca funcionaria! —Gritó Maki incluso más fuerte que Nico; tenía muy claras sus razones.

—Pues pudiste haberme ahorrado mucho tiempo si simplemente te largabas y me dejabas encargarme a mí de esto.

—¿Y quien fue la que insistió que esto sería una buena idea?... Yo nunca quise hacer esto, y lo sabes —Maki titubeó un poco, pero no quería mostrar debilidad en una situación así. Trató de mantener su rostro molesto en todo momento—. Si no fuera por ti, nada de esto hubiera ocurrido.

—Lo sé, pero... —Nico finalmente apartó la mirada de la de Maki, pero mantuvo siempre su rostro con semblante molesto y frustrado—, yo no fui la que se la paso sin hace nada... Solo te dedicaste a jugar, pensando que las canciones que escribías eran buenas, cuando la verdad no era así. —Volvió repentinamente la mirada a Maki, sus ojos cada vez mostraban más rabia. Ni siquiera en sus peores momentos, Nico había insultado a Maki de esa forma.

—¡¿Jugando?! —Gritó Maki, sarcástica—. He escrito más de veinte canciones y ninguna te complace. ¿Dime entonces lo que quieres, Nico? Porque yo no sé qué pretendes que escriba —Maki se acercó a Nico y tomó sus hombros; su mano estaba temblorosa por el enojo que sentía en ese momento.

—Lo que quiero es que te concentres y escribas algo decente —Nico apartó de un manotazo la mano de Maki y miró con frustración al suelo—, no como toda la basura que me hiciste escuchar. —Susurró entre dientes.

—¿Basura? —Dijo Maki con asombro. Despacio se acercó a ella y, en un ataque de enojo, la tomó de la muñeca. Nico solo pudo levantar el rostro con impresión y se quedó completamente inmóvil ante la mirada furiosa de Maki—. Si te parecía basura desde el principio, ¿por qué hiciste que escribiera algo para ti? —Maki apretó más el agarre de la muñeca de Nico; la presión era tal que Nico reaccionó con una mueca adolorida que se esbozó en su rostro—. Sabes que tengo cosas más importantes en las que concentrarme y no solo en tu ¡estúpido concierto!, y en tus ¡estúpidos caprichos! Yo también tengo trabajo que hacer fuera de aquí... ¿O lo olvidabas? No estoy para soportar los berrinches de una estúpida niña —Maki aventó la mano de Nico con fuerza y se apartó de su lado.

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