Nada por ahora.

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- ¡Ambaaaaaar!

Grita mi madre desde el primer piso.

Yo estoy en mi habitación, dentro en la cama que metí dentro de una Combi, escuchando Polly de Nirvana, mientras tengo una vista panorámica de todo el cuarto desde las puertas de la Volkswagen: una pared tapizada de pósters frente a mí, otra rosa pálido a la izquierda, ocupada una mitad con una biblioteca llena de libros y la otra mitad por un espejo, que tiene frases escritas, recordatorios y stickers. Mi tercera pared tiene un sillón-cama verde y una mesa ratona en medio, apoyada sobre una alfombra. Hay libros, maquillaje y revistas desparramados. En la pared de la combi, está mi estantería de cd's, esos jamás se desparraman por ahí, salvo cuando decido ser rica y me tiro en la alfombra junto con ellos a leer canciones. La pared rosa pálido está partida en dos debido a la puerta, donde ahora veo una silueta de mujer, su rostro refleja enojo:

- Estoy llamandote hace rato, levantate a desayunar y empieza tu día.
- Ok, en un momento.

Mi madre se retira, dejando a su paso el aroma de su Carolina Herrera.

Me levanto despacio, y me apuro a bajar las escaleras, cuando a mitad de ellas decido a subir, aunque mi camiseta es grande, estoy en ropa interior y ya me avisaron que nadie desea ver mis nalgas para ninguna hora del día, y menos si la pared de la cocina es de cristal. Tomo un pantalón deportivo del suelo y bajo a toda velocidad, llego a la cocina y me preparo té, tostadas con mermelada y ensalada de fruta que hay en la heladera, estoy sola en casa, sentada en la mesada que está en medio de la cocina, pensando en nada. Mis padres nunca se despiden, es normal para mí pues de toda la vida ha sido así, pero algunos amigos se se siguen sorprendiendo cuando despiertan en casa.

Pienso en nada. Tal vez en la Universidad, es primer día de clases y estoy en blanco, supongo se me pasará. Antes de empezar a comer miro el reloj, las 9:00, enciendo un cigarrillo de marihuana y le doy una pitada intensa... pienso que será de hoy, que comienzo una imagen para personas desconocidas, las cuales no me importan en lo más mínimo pero siempre tienen algo que decir de alguien, incluso de mí, que creo que nadie me ve, pero siempre resulta que solo no se acercan. Dos pitada más... lo apago y lo guardo en la cajita que estaba en mis pantalones, decido beber mi té y guardarme el resto de la comida para después.

Luego de un baño de espuma en la bañera, decido vestir un jean ajustado negro, unas vans rosas, una camiseta de Nirvana y una chaqueta de cuero negra. Ojos negros, labios rosas y me largo en mi bici a la Universidad.

Como el aguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora