segundo capítulo

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Narra Keyra

La muchacha se encontraba escondida en las ramas de un enorme manzano a las afueras del pueblo, a la espera de que sus perseguidores desaparecieran el tiempo suficiente  para poder regresar al castillo, pero en la vida no siempre llueve a gusto de todos.

- ¿Necesita algo señorita? - escuchó de la nada una voz muy cercana a ella, demasiado cerca a su parecer.

-Ahhh! - gritó sorprendida - ¿Quien eres y por que quieres matarme de un susto? -

- Lo lamento señorita, mi nombre es... - intentó hablar el pequeño niño hasta que unas voces interrumpieron su conversación.

-¿Hay alguien ahí? - preguntó uno de los ya antes nombrados perseguidores de la doncella.

Ambos jóvenes callaron de inmediato, esperando que no fuera demasiado tarde para mantenerse ocultos en su escondite, aunque cada uno por un motivo distinto. Vieron entre las hojas del frondoso árbol como dos  de fuerte anatomía caminaban al rededor del árbol buscando algún rastro. Intentaba no hacer ningún movimiento para no destapar su escondrijo pero el niño a su lado se encontraba con los ojos cerrados y la respiración agitada sin mirar hacia abajo. Para tranquilizarlo un poco lo agarro de la mano dando un ligero apretón en esta para que sintiera que estaba allí con él. Al no encontrar nada decidieron darse la vuelta y volver al pueblo. Esperaron unos segundos para asegurarse de que de verdad se habían marchado, solo entonces la chica bajó de un salto de la rama en la que se encontraba sentada. Pero el pequeño niño que se encontraba con ella seguía en la rama bien sujeto al robusto tronco del árbol.

- Tranquilo pequeño, no te preocupes ya no están esos hombres malos - habló ella con una voz dulce para calmar al niñito asustado. El chico no dijo nada ni se movió un solo centímetro de su posición aún sin mirar hacía abajo.

- ¿ No puedes bajar ? - preguntó la joven esperando una respuesta.

- Ten....tengo miedo a las alturas - respondió con un sonido casi inaudible.

- No pasa nada, no hay nada de miedo en tener miedo a las alturas. Yo te ayudaré a bajar de ahí - Keyra apoyó su pie en una de las muchas raíces que sobresalían de la tierra. Cogió impulso y estiró sus brazos en dirección al chico. Este aún asustado y desconfiado estiró sus bracitos hacia Keyra y está lo cogió de forma protectora para reconfortarle. Lo dejó suavemente en el suelo y se agachó para estar a su altura. Este tenía como unos 8 añitos , de pelo marrón chocolate , ojos claros y bastante delgado. Pero a ojos de la princesa ( y de cualquiera que lo viera ) era muy adorable a su parecer.

- Me llamo Keyra ¿ Y tú ? - preguntó esta mirándolo directamente a esos preciosos ojitos suyos.

- Me.....me llamo Milo - respondió en un tono bajo pero audible.

- Encantada de conocerte Milo. Una cosa.... Si le tienes miedo a las alturas ¿ que hacías ahí subido ?-

- Es que yo no me suelo subir al manzano, ese es el trabajo de mi hermano mayor. Normalmente yo las recojo cuando él las deja caer pero hoy está con papá en el mercado y he intentado hacerlo yo solito - dijo el niño con una tierna sonrisa.

- Bueno.... La próxima vez espera a que tu hermano regrese - Keyra le acarició suavemente su cabecita.

- ¿ Y tú qué hacías ahí subida ? ¿ Te perseguían esos hombres malos ? -

- Pues.....solo te diré que en este pueblo se acusa a la gente sin motivo y sin escuchar explicaciones - respondió recordando el " pequeño inconveniente " en el mercado.

FlashBack

Keyra se encontraba paseando tranquilamente por las calles del reino. Observaba con curiosidad todos los puestos y diferentes productos que allí se vendían. Pero su tranquilidad se vio perturbada por una trifulca en un puesto de joyas varias. Su instinto le decía que lo dejara correr pero su corazón puro le decía que debía al menos saber a qué se debía la trifulca. Allí se encontraban dos hombres bastantes fuertes y con una cara de pocos amigos. En el suelo había un señor encorbado y desaliñado en el suelo mientras era insultado y amenazado por supuestamente robar un collar de oro. El instinto protector de la joven princesa la empujó a meterse en la pelea para intentar resolver el asunto. Ella se interpuso entre los hombres y el señor al cual ayudó a levantarse del suelo. Mientras ella intentaba dialogar con los hombres el vagabundo metió la mano en la bolsa que portaba la princesa y derrepente salió corriendo desapareciendo entre la multitud.

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⏰ Última actualización: Nov 21, 2019 ⏰

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