Cure Us

Prólogo

Cuando eres joven no piensas en nada ni nadie más que en ti mismo, en lo que quieres hacer y en lo que quieres conseguir para ti mismo, haces cosas estúpidas para ello, haces cosas vergonzosas por ello, cosas de las que te arrepientes cuando creces, cosas estúpidas.

Cosas... de las que no te enorgulleces, cosas de las que te arrepientes, cosas que prefieres olvidar, pero que no puedes, no por no tener la capacidad, sino porque no quieres, porque te gusta las timarte, porque el ser humano es un ser masoquista, que recuerda sus errores una y otra vez, que no puede olvidar ni superar.

No sabíamos lo que hacíamos cuando lo hicimos, pensamos que era lo mejor, pensamos que sería bueno, estábamos rotos, estábamos solos, solo queríamos encontrar a alguien que nos hiciera sentir mejor, nos hiciera sentir importantes, que no éramos inútiles... que éramos alguien, para la sociedad podrida, para nuestras familias rotas, para nuestros amigos hipócritas.

Porque al ser humano le gusta que lo reconozcan, se siente especial, se siente glorioso... se siente Dios.

Y por querer sentirnos Dios, nos fuimos al infierno.

Teníamos entre doce y dieciséis, éramos quince en total, estábamos rotos, nos rompieron, alguien lo había hecho antes de que todo pasara, nuestros padres, familia, amigos, vecinos, todos por razones y personas diferentes, pero a la larga tan iguales, eso solo fue un punto a favor de ellos. Ellos... ellos nos ofrecieron una oportunidad, de ser felices, de curar a nuestras familias, de alejar el mal... lo aceptamos sin saber que estábamos firmando nuestra entrada a un lugar peor.

Nos dieron un lugar, una fecha y una hora, era tarde y teníamos miedo, pero sería peor si volvíamos a casa, o eso pensamos, que equivocación. Y de cualquier forma nunca hubiéramos podido volver.