De nuevo Mark escuchó golpes en la puerta. Ambos se quedaron en sus lugares, Mark aguantando la respiración y Jaemin apretando fuerte su agarre en las caderas del menor por la, aunque molesta, muy necesaria interrupción.
Sin más, la puerta se abrió revelando a la humana madre de Jaemin quien era seguida por algunas sirvientas, el doctor de la familia real y la mujer curandera que hace un año había preparado y supervisado el ritual que había permitido que Mark quedara en cinta de manera exitosa.
-Ya está todo listo, cariño.
La imponente mujer vestida con finas ropas y brillantes joyas le pasó una camisa nueva después de asegurarse de que su hijo limpiara la sangre de su cuerpo.
Asintió con la cabeza, miró por el rabillo del ojo a su consorte y lo encontró sentado en la mecedora al lado de una de las ventanas, pálido y tembloroso. Llego hasta sus pies donde se arrodilló para quedar a su altura antes de susurrar, -sabes cómo es el proceso, mi amor. Debes dejar que te revisen, tomas la poción y el resto lo hago yo.
Mark lo miró con sus ojos de cordero, asintió con un monosílabo, tomó la mano que su esposo extendía hacia él y juntos caminaron a hacia su propia habitación haciéndose paso entre los demás en la habitación de su hijo quienes le dedicaban miradas de pena, antes de seguirlos.
Salió del cuarto de su hijo no sin antes darle un vistazo rápido para asegurarse de que siguiera dormido y cómodo en su cuna. Jaemin lo notó, apretó el agarre de sus manos y susurró en su oído, -Va a estar bien, la reina personalmente vendrá a verlo en la noche.
Un poco más tranquilo al saber que sus suegra estaría al pendiente de su pequeño, siguió su camino hasta sus aposentos. Al entrar, se sentó en su cama matrimonial con Jaemin a su lado como siempre.
El doctor sin decir ni una palabra se acercó, tomó su pulso, revisó sus ojos, sus dientes, encías y lengua, lo pesó y midió su temperatura.
-Todo indica que está en perfecto estado de salud, se nota hidratado y bien nutrido, se notan el par de kilos que aumentó. Si pudo tener con éxito al príncipe Jisung, ahora que se ve incluso más sano no deberá tener ningún problema.
-Gracias Doctor, puede retirarse.
Jaemin estrechó manos con el doctor quien procedió a guardar sus materiales para después despedirse con cordialidad de la reina y el príncipe consorte, les deseo éxito y entonces al fin desapareció por la puerta siendo acompañado de una de las sirvientas.
Fue turno entonces de la curandera, quien se acercó a examinarlo sin confiarse de las palabras del doctor.
La mujer algo rellena y de extrañas ropas se acercó al muchacho en la cama, tomó su mentón y revisó sus ojos como si mirando estos pudiera conocerlo en profundidad.
-Me contaron las sirvientas que se han encargado de que sigas mis instrucciones al pie de la letra.
Mark asintió de nuevo recordando todo lo que había tenido que hacer durante dos semanas. A eso de las 2 de la mañana Jisung exigía ser amamantando por su madre, después de poner de nuevo al niño a dormir Mark era escoltado por algunas sirvientas de confianza y su guardia real personal. Hacía un recorrido de una hora y media de caminata hacia una cascada donde se bañaba y tomaba del agua de la fuente natural. También había cambiado su alimentación, comiendo las extrañas cosas que la mujer aseguraban ayudarían con su ciclo y su libido.
-El señor ese y yo concordamos en que te ves saludable y en óptimas condiciones para concebir de nuevo. Ahora recuesta te, debo aplicarte el aceite.
Mark se acostó sobre la gran cama con las piernas de su esposo como almohada, quién tomó su mano sabiendo cuánto le incomodaba estar semidesnudo en la habitación aún llena. Jaemin acarició sus cabellos negros con suavidad buscando transmitirle tranquilidad y seguridad.
La mujer sacó una pequeña botella de su bolso. El aceite ambarino contenido en la botella lo vertió en una de las palmas de sus manos, entonce comenzó a frotarlo entre éstas antes de acercarse al matrimonio en la cama.
Cuando estaba cerca de poner sus manos sobre el vientre de Mark, un gruñido semejante al de un animal salvaje vibró desde la garganta de Jaemin haciendo eco en la habitación.Mark tembló sobre la cama y suspiro con su cuerpo reaccionando al sonido.
La vieja mujer sólo levante una ceja encarando el acto del vampiro, quien la miró de forma brusca.-Sólo ayudo a que tu esposo te dé otro hijo. Deja de gruñir como él salvaje que eres y déjame hacer mi trabajo.
La anciana suspiró indignada antes de continuar con su labor. Frotó de nuevo sus manos, luego estas fueran colacadas sobre el vientre bajo de Mark quien apretó la mano de su esposo para que dejara de gruñir en protesta al acto de la mujer.
La curandera empezó a masajear la zona de su vientre desde su cintura hasta su vientre bajo, moviendo en círculos sus manos y murmurando palabras en lo que creía era latín.
Unos minutos después, sacó de su bolsa una botella más grande con aquel brebaje de olor fuerte y sabor amargo.
-No dejes ni una gota de él, niño.
Con la ayuda de Jaemin se sentó en la cama, tomó con sus temblorosas manos la bebida, pero le fue imposible sacar el corcho que tenía.
Jaemin rápidamente retiro el corcho por él y llevó la bebida a los labios contrarios. Mark bebió con asco el espeso brebaje que fue recibido de mala marena por su estómago.Tapó con su mano su boca tratando de retener las arcadas.
Cuando pudo respirar de nuevo con normalidad, la mujer le entregó otra botella, esta vez con un color naranja vibrante que recordaba como el propio del hongo que crecía en las montañas y que servía de afrodisíaco.
El sabor de la bebida que incrementaría su libido sexual no era tan malo como el de la poción para concebir.
Pasaría al menos una hora antes de que la bebida hiciera efecto.
-Bueno niño, mi trabajo está hecho aquí. Vendré a revisarlo mañana para asegurarme que no lo hayas matado. Ya ambos saben lo que tienen que hacer, no son nuevos en ésto. -la matrona recogió sus cosas en su bolsa y dejó otras en la mesa al lado de su cama. -Mark, debes tratar de relajarte y dejar que tu esposo haga el trabajo duro. Jaemin, recuerda que al beber de sus sangre debes controlarte para no frenarlo todo y suplir la falta con un poco de tu sangre. Asegúrate de que levante las piernas después del acto para que todo quede dentro... No creo necesario decirte que termines siempre adentro y que lo hagas lo mayor placentero para él. Ya una de mis chicas se llevó la sangre que recolectamos del cadáver que trajiste. Seguramente el hechizo ya está hecho.
Jaemin inclinó ligeramente la cabeza hacia la matrona quien le deseo suerte a Mark y dejó la habitación escoltada por el resto de mujeres que ocupaban el cuarto.
-Voy a empezar suave, Mark. Te va a gustar.
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𝑽𝒂𝒎𝒑𝒊𝒓 - 𝒋𝒂𝒆𝒎𝒂𝒓𝒌
VampireEl Príncipe Jaemin de la Dinastía Real Vampirica y de la Casa Real Hohenzollern Siggmaringen, regresa a Rumania de un largo viaje con una sola cosa en mente: preñar de nuevo a su consorte Mark. Vampire AU Año 1889 Embarazo Masculino Contenido sexual...