𝑽𝒂𝒎𝒑𝒊𝒓 - 𝒋𝒂𝒆𝒎𝒂𝒓𝒌

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Jaemin toma de manera suave a Mark por la cintura, quien se agarra a los brazos de su esposo con fuerza siendo consciente de su pulso acelerado y el revoltijo en su estómago, con los nervios a flor de piel.

—No puedo hacer ésto. Si te vas a comportar como si te estuviera obligando y te fuera a follar sin compasión como si fueras una puta más, no lo haré.

Jaemin rugió enojado y sin mirar a Mark. Se sentó en la esquina de la cama dándole la espalda, cerró sus ojos con fuerza y jaló de sus cabellos luciendo frustrado.
Mark sólo yacía recostado sobre sus antebrazos en el centro de la cama, tan pequeñito y miedoso que se perdía en la gran cama mirando a su esposo con las lágrimas inundando sus grandes ojos.

—L-lo siento, Jaemin. Es que... Estoy asustado.

Mark pronunció bajito temiendo la reacción de su esposo quien suspiró agotado y se giro a encararlo.

—Cuando descubrimos que tu padre nos había estado robando de frente tan desvergonzado, merecía morir por haberle faltado el respeto a la familia real. Pero irrumpiste tú llorando por tu madre y tus hermanos, alegando que el negocio de tu padre era el único sustento de la familia. Me rogaste que le perdonara la vida —el vampiro posó su mano sobre el delicado y esbelto cuello de Mark, conectando sus miradas—, y lo hice por ti.

—Cuando tu padre se negó a pagar todo lo que nos había robado con la excusa de que quedaría en banca rota, te exigí a ti a cambio del dinero para saldar la deuda. —apartó los rizos alborotados que tapaban la vista de Mark. —Jamás creí que tu padre estaría dispuesto a hacer tal cosa como entregar a su hijo a un vampiro sólo por saldar una deuda. Pero lo hizo.

Mark escuchaba atento a su esposo recordando junto a él lo acontecido hace dos años, cuando su vida dio un giro drástico e inesperado para cambiar por siempre.

Recordó entonces a su familia, sus hermanos y su madre lo había visitado en dos oportunidades desde que había sido llevado al palacio para prepararse como consorte real.

En el segundo encuentro, su hermana mayor y su madre le habían hecho énfasis en lo afortunado que era al ser elegido como el consorte del príncipe y que contra toda predicción, éste último se viera empeñado en ganar su confianza y en hacerlo sentir al gusto en el palacio.

Un beso demandande por parte del príncipe lo hizo volver a la realidad. Abrió los labios dándole paso a la intrépida y curiosa lengua de Jaemin. Quien mordió, besó, chupo y lamió a su antojo la boca de Mark quien con las manos empuñadas en la camisa de su esposo trataba se seguirle el ritmo lo mejor posible mientras gemia durante el exigente y sucio beso.

—Mamá creyó que no valía la pena. Que te follaria la primera noche que llegaras al palacio y te mataría en el proceso—unió ambas frentes permitiendo que se miraran a los ojos—. Dijo que tu vida no valía suficiente como la honra de nuestra familia porque eras sólo un capricho.

—Pero papá sabía que no era así, que algo más fuerte que el delicioso olor de tu sangre, que tu cuerpo, tus curvas o el lindo rostro que posees me había atado a ti. Así que me preguntó si sentía que había encontrado a mi alma gemela. Y yo sin dudarlo ni un segundo corroboré y lo confirmé. Le dije que quería casarme contigo, amarrarte a mi lado por el resto de mi vida.

—Dime una cosa, Mark. Alguna vez te obligué a hacer algo en contra de tu voluntad? No pase horas explicándote paciente el porqué te había elegido, lo que significaba ser un vampiro de la realeza y lo que implicaba que fueras mi esposo? No traté yo de ganarme tu confianza? No te defendí de todos, incluso de mi propia madre? Dime si no te he amado con locura, si no te he entregado sin temor a nada mi corazón. Dime si no te he hecho sentir querido y apreciado, si no te he dado libertad, si no te he hecho el amor con tanta pasión y entrega en las noches.