Palace; BakuDeku & TodoDeku

15. Hay paz silenciosa en las tragedias

Dos años después del accidente...

There's a silent peace

In the tragedies

Las gotas creadas por el rocío acumulado dentro de aquel ramo de flores se deslizaban entre sus suaves pétalos para después caer silenciosamente al suelo y a los rojizos dedos del joven peliverde arrodillado y mirando con una mirada perdida hacia la lápida que tenía en frente suyo, como si estuviera esperando que alguien viniera y le dijera que todo lo vivido en estos últimos años era una broma de mal gusto...que la persona por la que tanto lloró y rezó estaba escondida en algún rincón del lugar mofándose de él; que cada vez que lo veía en estos últimos años no era una alucinación creada por su cabeza; que era él jugándole una mala pasada. Han pasado casi dos años desde que no lo ha vuelto a ver; sin embargo, en su mente, el rubio platino está al lado suyo todo el tiempo recordándole con pesadez que ya es hora de pasar página y empezar de nuevo.

—Ríndete de una puta vez Midoriya, nunca volveré —comentó el joven rubio mientras se apoyaba en una de las esquinas de la lápida que estaba en frente del menor. —No importa cuantas horas pases aquí, o cuantas veces niegues que ese accidente alguna vez pasó. —Añadió mientras observaba como el contorno de su mano emanaba luz, al igual que todo su ser—. Yo nunca volveré.

—Pero puedo dejarte sentado en un palacio bañado de oro dentro de mi cabeza. —Recobró un tanto la conciencia después de escuchar las quejas de su amado, para luego acomodar el ramo en frente de la lápida, se puso de pie y colocó su capucha sobre su cabeza para intentar proteger su cabello de la lluvia aunque esta ya esté un tanto húmeda. —Tú eres mi horizonte, y siempre pintaras mi cielo —dijo después de mirarlo fijamente. Esta era una clara referencia a una canción que se volvió su favorita desde el accidente, honestamente, esa canción explica con detallez el revuelo que tiene en su cabeza.

A diferencia de lo que el "recuerdo fantasmagórico" de Bakugō piensa, Izuku está consciente de que su amado no va a regresar, pero es un soñador con buenos sentimientos. El quiere pensar que, tal vez, en algún momento en su vida, terrenal o espiritual, se volverá a encontrar con Bakugō y todo volverá a ser como antes; Él quiere pensar que aquellas promesas y sueños a futuro se harán realidad. Izuku no se permitirá a si mismo seguir adelante, no importa cuantas veces el recuerdo luminoso de Deano le ordene que lo haga, él no lo hará; Deku no olvidará a Kacchan.

—¿Que si algun día volverás? No lo creo, pero soy un soñador, eso me hace también creer que los deseos se hacen realidad mientras más anheles por ellos. Estoy conciente de que tengo una larga vida por delante en la cual me dedicaré a esperar a que regreses. —Dio media vuelta y se alejó —Volvere aquí de nuevo y no hay nada que puedas hacer para impedirlo, cariño.