Tenías que ponerte en forma o esa era tu excusa para pasar más tiempo con tu amado Ludwig. Tu amigo acepto ayudarte y ahí fue cuando empezó tu tortura masoquista porque a decir verdad los ejercicios que te indicaba hacer te cansaban demasiado pero a ti te gustaba mucho ese alemán por eso lo soportabas y como lo normal es que después de un trabajo duro venia la recompensa que era una plática con él. Estuvieron así por tres meses.
- - volteaste a verlo - eres de las personas que no se quejan en el camino para conseguir sus metas, eso me agrada.
- No hace falta que me halagues - no podías resistirte a ese hombre tan sexy.
- me gustas - pensaste que era una broma ¿Cómo le podrías gustar?
- No bromees así, no es divertido - al terminar de decir esto, sentiste los labios de Ludwig, chocar con los tuyos.
- No estoy bromeando - realmente no podías resistirte a él, peor que ahora estaban sonrojados - creo que deberíamos tomar una ducha - sabias que el alemán se refería a ducharse por separado pero decidiste jugar un poco con aquel que estaba tan rojo como una manzana.
- Sí, creo que esta vez deberíamos hacerlo juntos ya sabes para aumentar la confianza - te paraste pero rápidamente fuiste cargada por Ludwig como si fueras una princesa.
- Tu...no deberías jugar conmigo - Le sonreíste al notar que tu amigo estaba con el ceño fruncido.
- No estoy jugando...
Cuando llegaron a los baños decidieron tomar su baño por separado. Estabas confundida porque hace unos momentos se te declaró el chico que amabas en secreto desde hace mucho.
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- Perdón - estabas avergonzada y apenada por llegar tarde a tu primera cita, pero esto paso porque estabas tan emocionada la noche anterior que no pudiste dormir - de verdad no fue mi intención - el alemán te sonreía.
- Por lo menos viniste - sonó algo melancólico y te tomó de la mano cosa que te sorprendió, lo miraste emocionada ya que prácticamente te morías por verlo sonrojado - bueno ¿A dónde quieres ir?
Tú estabas segura de lo que querías así que no dudaste en decírselo - te quiero en la cama - el alemán casi le da un infarto.
- ¿En mi casa? - asentiste con la cabeza, verlo así de tímido te daba más valor.
Fueron a su casa y tuvieron una primera cita muy intensa y dulce porque este alemán te trató con cuidado.
- ¿Te duele mucho? - te preguntó al escuchar que gemiste con fuerza por la primera estocada de Ludwig dentro de ti, era tu primera vez así que era normal que te doliera.
- No pero...
- ¿Pero qué? - te dijo casi de inmediato, se podía ver lo preocupado que estaba.
Le hiciste una seña para que acercara su oreja, él se inclinó y le susurraste - me encanta - esto lo emocionó mucho porque comenzó a darte con un poco más de fuerza hasta que te acostumbrarás a su tamaño.
No podíasser más feliz.
Doitsu es muy sensual.