Las fiestas de Halloween se acercaban en tan poco tiempo, los humanos recorrían los centros buscando el disfraz perfecto (nunca faltaban los que compraban o rentaban a última hora) u otros simplemente se hacían uno con lo que tenían en casa, había gente comprando maquillaje y sangra falsa, había de todo. Para los Omegas y Alfas esta celebración no quedaba atrás, porque a pesar de ser una raza diferente, viviendo de otras maneras, teniendo su propia descendencia, entre otros, podían disfrutar de la noche donde pedían dulces o celebrando el día en alguna casa con gente disfrazada.
Y Jimin no era la excepción, un joven de cabello rosado pastel, mejillas adorables y rellenas, ojos cafés pero cuando algo le gustaba se volvían del mismo color que su pelo haciendo una linda combinación, sus labios eran regordetes y con un toque a fresa, siempre estaban rojizos dándoles una atracción más fuerte, se veían deliciosos. Pequeñas pecas se asomaban en sus pómulos cuando el sol iba en dirección a su rostro, cuando sonreía sus ojitos desaparecían formando una línea recta haciéndolo ver precioso, y eso que no les he hablado de su sonrisa... Dios, su sonrisa, adorable, grandiosa, iluminaba tus días con solo mirarla, sonrías como un idiota al verlo sonreír a él. Su cabello es esponjoso tal cual una seda, la piel blanca contrastaba con este, suave y delicada, con el mínimo golpe nacía un moretón morado en la zona.
Aquel chico que era sensible como un niño pequeño, aquel chico que desprendía un olor a fresas y gomitas dulces, un chico que solías verlo reír con sus amigos de la mínima cosa, que le gustaba compartir porque agradecía los "gracias, Jiminie, eres adorable" que sus compañeros le decían cada vez que les daba su almuerzo, que siempre llevaba puesto un bálsamo labial que combinaba con su característico olor, el que sonrojaba por el casto comentario de algún alfa o hasta de su propia raza, un chico que adoraba las festividades y halloween era una de sus favoritas.
Park Jimin, un Omega de 15 años que su celo se aproxima y se disfrazará de conejito para la fiesta de Min Yoongi.
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El quinceañero corría por su casa buscando algún disfraz que ponerse, ya había ocupado los que tenía en años pasados y volverlos a ocupar sería una burla para el instituto, él no podía arriesgarse a ser molestado y no mimado. Bufó provocando que su flequillo se alzara hacia arriba debido al aire, arregló su pelo echándolo hacia atrás, recostándose boca arriba sobre la cama de su habitación pensando en qué hacer, podía hacer uno propio como siempre lo hacía o aprovechando que ya tenía sus 15 años comprar uno, aunque eso conllevaba preguntarle a sus padres y definitivamente no quería hacerlo. Tampoco quería ser la burla con sus padres; ellos al ser jóvenes (él nació cuando su madre tenía 17 años) también iban a fiestas de disfraces, les encantaba hacerlo y vaya que se lucían, hacían a veces unos de pareja, la mujer siendo, por ejemplo Wanda y su padre Cosmo. Sí, de ese estilo eran sus padres. Tenían hasta el disfraz preparado 2 semanas antes de la fecha.
Frunció los labios sabiendo que sería mala idea sabiendo solo quedaban unas 10 horas para halloween y, lo más probable es que ya no quede ningún disfraz o quizás solo uno de enfermera que con seguridad no quería hacerlo.
