18. "¡No puedes hacerlo!"

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Narra Melinda:

¿Eh? ¿Dónde estoy? Oh cierto, recuerdo que me quedé dormida... Pero y esta cama... ¿¡Cristian!? ¿¡Dónde está Cristian!?

-Recuerdo que estaba dormido aquí, lo recuerdo bien- dije mientras me levantaba de la cama, era extraño, observé toda la habitación y no estaba, mi piel se erizó totalmente, no, no sabía que esta pasando...

Volví a ver la ventana, ¡estaba abierta de par en par! Lo cual era extraño... Entonces lo descubrí en seguida, y como no me importó estar en el traje del instituto, decidí salir a buscarlo, corrí por los pasillos cuando de pronto una enfermera se me presentó sin avisar.

Enfermera: ¿Señorita Castillo, por qué tanto apuro?

Melinda: Yo... Cristian eh... Un paciente ha escapado por la ventana, Señorita...

Enfermera: ¿¡Qué!? ¿Cómo estás tan segura?

Melinda: Lo conozco, es un chico muy decidido y... Dejó pistas muy obvias... Pero me preocupa mucho, ya que él aún se recupera, ¡ayúdeme Señorita!

Enfermera: Tranquila, pediré ayuda a la fuerza de equipamiento del hospital y me aseguraré de que lo registren de vuelta.

Melinda: Pero porfavor, no lo maltraten, él aún está inconsciente de lo que pasa a su alrededor...

Enfermera: Debemos ser exigentes, no podemos tomarlo a la ligera. Por ahora será mejor que usted espere aquí, nosotros nos encargaremos de esto.

Respondió la enfermera dándome la espalda y caminando hacia la recepción, pero yo no estaba segura de eso, no confiaba mucho en ellos.

A pesar de que ellos saldrían a buscarlo, yo no me quedaría ahí con los brazos cruzados, entonces finjí arrecostarme en la cama y puse algunas almohadas, bajé por la ventana y silenciosamente salí del hospital.

Corrí por toda la ciudad mas no lo encontraba, entonces recordé una de las cosas que más le gustaban, los libros, no lo pensé dos veces y lo busqué en la biblioteca nocturna, y bueno, no era nada malo, solo era una biblioteca para aquellas personas que necesitasen información para algún trabajo, o incluso aquellos que solo tienen tiempo en la noche para disfrutar de la lectura.

Me alegré pues creí verlo a lo lejos, caminé aún más rápido y...
Melinda: ¡Te encontré!

¿?: ¿Melinda?

Melinda: Oh... Hola Daniel

Juré haberlo visto, no podía confundir esa capucha negra con la que siempre andaba, pero me equivoqué.

Daniel: ¿Melinda te sientes bien? Tú rostro se ve pálido.

Melinda: Si-si

Daniel: Ven, siéntate

Luego de que se percatara de mi condición, me invitó a sentarme con él. Seguido de eso, me dió una botella llena de agua, para que pudiese mojar mis secos labios. Luego de eso, me hizo varias preguntas...

Daniel: Así que... buscas a Christian.

Melinda: ¿Cómo lo sabes?

⚡🚪 єѕтα∂σ cгυєℓDonde viven las historias. Descúbrelo ahora