Yoongi se había acostumbrado a la larga espera y nerviosismo de un parto, tanto con el nacimiento de Haneul como el de sus propios hijos. Esperar a que su sobrino naciera era agotador, pero —de alguna manera— sencillo de vivir cuando conocías todos los pasos. Namjoon estaba medio dormido sobre su hombro, porque había insistido en que si Yoongi debía vivir la espera, lo haría a su lado. Por supuesto, sus hijos estaban junto con Kenta y otros sirvientes. Su hermano estaba apoyado contra la pared de la habitación, casi gimoteando con preocupación.
—Saldrá bien —susurró Yoongi—. Taehyung es fuerte.
Jungkook lo observó y suspiró.
—Lo sé. Sé que es fuer...
Un profundo y estruendoso llanto hizo que Jungkook se congelara en sus palabras y en su lugar.
—Oh, Dios —susurró.
—Ése es tu hijo —comentó Namjoon y rió suavemente—. Maravilloso, ¿verdad?
Yoongi lo observó a los ojos y asintió. Jungkook asintió fervientemente, con el rostro lleno de ansiedad.
—Hubiese amado oír el primer llanto de nuestros hijos —suspiró—. Quizá el próximo.
Yoongi golpeó su pierna y lo observó con una sonrisa nerviosa. No era el momento para soltar algo así, por supuesto al rey el momento realmente no le importaría demasiado.
—¿Próximo? —Jungkook preguntó, aún más exaltado.
—Tranquilo, no estoy esperando ningún principe ahora mismo. Mejor concentremos la atención en el primo de los príncipes.
Si lo estuviera. Já.
Las mujeres del palacio estaban completamente exaltadas. Él se iba a casar con el rey. ¿Y qué sería de ellas? Lo odiaban tanto como le temían. Si hubiera otro príncipe en camino, no habría forma de calmarlas.
Había pasado poco más de dos semanas desde el anuncio, y el palacio seguía agitado. Todos caminaban con sigilo, preguntándose cómo cambiarían las cosas a partir de ese momento. Pero ni siquiera Yoongi lo sabía. Claro, las mujeres creían que él lo hacía, que tenía algún tipo de plan maligno para llegar al trono y hacerlas desaparecer, para luego quedarse con el reino. Historias estúpidas que Kenta le comentaba oír casi todos los días, si no todos.
El cansancio de criar a tres pequeños y soportar tantas habladurías sin sentido, le pesaba sobre la espalda. Pero sabía que no era momento de rendirse. Que cuando asumiera el trono sería aún más difícil. Que Namjoon y él tendrían más hijos en el futuro. Tenía que seguir adelante y esforzarse.
—Señor Min.
Cuando Yoongi se encontró levantando la cabeza al mismo tiempo que su hermano, quiso reír. Hacía ya largos meses que habría perdido su apellido. Cuando se entregó por completo a Namjoon. Y en su momento lo había aborrecido tanto, porque sólo era su forma de sobrevivir. Pero bien sabía que el rey, desde la primera vez que vio el fuego en sus ojos, había despertado algo en él. Ahora, tomaría una daga y acabaría con su vida sin pensarlo dos veces si eso salvara a Namjoon de cualquier mal.
—Puede pasar a ver a su hija. El señor Taehyung se encuentra en perfectas condiciones, aunque extremadamente agotado.
El doctor se inclinó respetuosamente, luego realizó una inclinación aún más profunda y respetuosa hacia Namjoon y Yoongi, antes de retirarse.
—Adelante —lo animó Yoongi, señalando la puerta.
—Estoy nervioso.
—No seas tonto, son tu hija y el amor de tu vida. Nada por lo que estar nervioso.
Jungkook suspiró y, dándose ánimo en silencio, entró a la habitación.
Yoongi suspiró, dejando su cabeza caer sobre el hombro de Namjoon.
—Nam... —rió nervioso—. Mi señor, creo que sería conveniente enviar una sirvienta que ayude a Taehyung en la casa, ahora que estará tan agotado y ocupado con la pequeña.
—Por supuesto —Namjoon asintió, besó a Yoongi suavemente y acercó los labios a su oído—. No veo la hora de que seas oficialmente mi esposo y entonces ser el único del que escuche salir mi nombre de sus labios. Extraño oírlo, así que será como música si viene de ti.
Yoongi asintió con suavidad y devolvió el beso.
Jungkook abrió la puerta y los observó con una amplia sonrisa.
—Me gustaría presentarles a mi hija.
Yoongi saltó de su asiento.
...
Volvieron cuando el sol comenzaba a salir. Yoongi estaba casi durmiéndose sobre sus pies, pero Namjoon lo mantenía en pie con gran determinación. Muchos soldados los rodeaban en una vigilia constante.
—No veo la hora de llegar y envolverme en mi frazadas —susurró.
—No veo la hora de llegar y envolverme en tus frazadas —bromeó Namjoon.
—A esta altura la habitación real quedará deshabitada.
—¿Y qué?
Yoongi rió, su risa cargada de cariño.
...
Debería haber notado que algo andaba mal, en el momento en que notó la falta de soldados en su puerta. Por supuesto, Namjoon lo hizo. Apretó su mano con fuerza y frunció el ceño profundamente.
—¿Qué demonios...? —gruñó.
Empujó a Yoongi detrás de su espalda, y abrió la puerta de un solo golpe.
—¡Por los dioses!
Yoongi se empujó hacia adelante, para poder ver que sucedía. Cuánto deseaba no haberlo hecho. Cubrió su boca con las manos y jadeó completamente aterrado.
Namjoon lo soltó y corrió hacia Kenta, quien estaba más cercano. Tomó su pulso y asintió. Sus manos se llenaron de sangre.
—Aún vive.
Pero Yoongi no podía escuchar sobre nada en absoluto. Porque Yeonjun no estaba allí. Porque sus otros hijos dormían en una silenciosa tranquilidad, pero Yeonjun no estaba allí.
—¡Guardias! —exclamó Namjoon, con fuerza.
Pronto, dos hombres estaban allí.
—Llamen al doctor. ¡Ahora mismo!
Yoongi se dejó caer de rodillas al suelo, haciendo un sonido tan doloroso que por fin logró llamar la atención de Namjoon, quien lo observó aún más asustado de lo que ya estaba. Se puso de pie y observó las cunas, una de ellas estaba vacía.
—¡Mi hijo! —exclamó Yoongi, el grito rompiendo el gélido silencio—. ¡Por los dioses, mi hijo!
Lágrimas comenzaron a resbalar por sus mejillas a una increíble velocidad.
—¡¿En dónde está?!
Namjoon se dejó caer a su lado y tampoco pudo evitar la cascada de lágrimas que invadió su rostro.
—¡Mi hijo!
Yoongi sujetó con fuerza la camisa de Namjoon y lloró con fuerza sobre su pecho, dejándose ir, deshaciéndose en llanto que pronto fue seguido por el de sus pequeños hijos. Namjoon lo envolvió en sus brazos.
—¡Namjoon! ¡Nuestro hijo! ¡Yeonjun!
Namjoon gruñó con desesperación y abrazó a Yoongi con aún más fuerza. Ahora mismo, su nombre sonaba como hierro hirviendo sobre su piel, aún saliendo de los labios de su amado.
—¡Encuentren a mi hijo! —gruñó hacia los soldados. —¡Búsquenlo ahora mismo! ¡Y encierren a cualquier sospechoso! Si no lo encuentran, caerá sangre de mis propias manos para cobrarme la suya.
—¡No! —sollozó Yoongi, con fuerza.
Entonces se inclinó hacia un lado, y vomitó todo lo comido aquel día. Y lloró hasta sentir su garganta casi desgarrarse. Y Namjoon lloró con él, hasta que se desmayó por el profundo dolor en su alma y cuerpo.
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His [Adaptación Namgi]
FanfictionEn orden de sobrevivir, Yoongi hace un trato con el rey: Le dará un hijo varón en el transcurso de un año, o morirá como el resto de su pueblo. -------- -Historia original por: @OneCuteLoser -Veintisiete capítulos + epílogo. -Omegaverse. -Mpreg. -M...