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" Firen Gür-ta Jör süra-ra krimgor Altar Jör era val farlexa! " (1)

( ¡Nunca me atraparéis con vida! )

El grito resonó en las paredes del acantilado. Era una voz profunda y potente, repleta de energía y capaz de ensordecer el estruendoso rugido que provocaban las olas cuando súbitamente se encontraban con las verticales y erosionadas rocas del acantilado. Se podía percibir una gran valentía en ella.

" Firen Gür-ta Jör süra-ra krimgor Altar Jör era val farlexa! ", se escuchó de nuevo. El emisor del mensaje quería dejar claro que no iba a dejarse capturar por las buenas. Sabía que sus perseguidores no andaban lejos, y que cada vez era menor la distancia que los separaba; por lo que estaba seguro de que le escucharían. Y así fue; en esta ocasión, la potente voz obtuvo respuesta desde la lejanía:


" Brom Altar Jör süra! " (2)

( ¡Detente! )

Respuesta que provenía justo de la cima de la cota aledaña, donde cinco negras figuras humanas recortaban con sus contornos la estrellada estampa del limpio y claro cielo nocturno.

Junto al acantilado, una silueta de gran envergadura volvióse tras escuchar la réplica a sus palabras, y pudo ver entonces cómo los cinco guardias del Templo iban aproximándose más y más a cada minuto. Finalmente habían dado con él. Estaba más que claro que tratarían de capturarlo, pero pensaba que tal vez tendría un margen de tiempo algo mayor. Mas no era así. Apenas si le quedaba ya de hecho. Debía dar con el Portal, aunque nunca estuvo totalmente seguro de que existiese realmente. Pero confiaba en su instinto: confiaba en que si tantos antiguos relatos lo mencionaban, describían, e incluso alguno de ellos explicaba (hipotéticamente) cómo proceder para conseguir abrirlo, no podían tratarse tan sólo de leyendas. O eso esperaba, por su bien... Y el de su Mundo.

No. No podían tratarse simplemente de cuentos de ancianos para fascinar a los más pequeños o lograr que se durmieran aquellas noches en las que estaban muy inquietos. Tal vez tiempo atrás hubiera pensado que era sí. Pero no ahora. No tras las conversaciones que había mantenido (o intentado mantener, ya que apenas si le hacía caso alguno) con 'Gulta Kâr Jör', el Sumo Sacerdote del Templo del Pergamino, cuya misión era proteger y preservar el 'Pergamino Del Mundo'; la mayor y más importante de las Reliquias de su Pueblo, vestigio de una época ya pasada, de una sociedad ya olvidada, de una cultura antaño gloriosa y ahora, a su parecer, en declive. No tras tener ocasión de leer el Pergamino, antes de que los guardias se percatasen de que había sido sustraído del Templo. [(3)(Sumo Sacerdote)]

" Gür Uxater Gür-ma Jör ik era-ra lengäst etoyia. Eron Kâr Uxater ek Tiron Kâr Uxater, Gür Uxater Gür-ta breiko ossera-ra, Röku-Al " (4)

( "Nuestro Mundo no está en peligro. Dios Sol y Diosa Luna lo protegen, Röku-Al" )

Esa fue toda la respuesta que Röku obtuvo de 'Gulta Kâr Jör' la última ocasión en que intentó hablar con él para tratar de hacerle ver el peligro que corría su Mundo.

El Pergamino De Los MundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora