L.O.V.E ₰ chaelisa

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Lisa recuerda que fue alrededor del tercer té de la noche que Rosé entró en la habitación, con un aire de que había estado pensando por horas, al fin atreviéndose a pasar a las acciones, y se sentó frente a ella en la cama.

Rosé llevaba triste semanas, meses, quizás; pensar que cuatro semanas eran ya un mes le infería una punzada de culpa. Lalisa siempre intentaba hacerla reír, mas eso, de alguna manera, no resultaba necesario, pues Ámsterdam era una fiesta, y las noches en París le infringían una dosis de emoción efervescente.

Pero ya no estaban en París, ni en Ámsterdam. Sino de vuelta en Corea, con un millar de exigencias por delante. Sin embargo por ahora estaban solo en su cuarto, y Chaeyoung llevaba sus lentes, y Lisa comprobaba que su té se reducía a gotitas en el fondo de la taza.

—Estaba pensando, que... —Comenzó la mayor, confirmando los pensamientos de Lisa. Caviló un poco mientras se echaba el cabello rubio tras la oreja—, podríamos hacer una presentación, las dos solamente.

Rosé se encontró con sus ojos. Y una de las obligaciones que la menor había tratado de empujar un segundo al fondo de sus preocupaciones afloró a la superficie otra vez. Era verdad, tenían un stage privado el veintiuno, en Corea.

Rosé alzó las cejas, con un deje como de bellaquería, cual si le ofreciese algo que solo ellas compartirían, solo para ellas. (La idea le hacía bullir el corazón). Mantenía la cabeza un poco gacha, con la mirada sobre ella, con una especie de complicidad pues se sabía su amiga, y sabía que la otra no podría negarse.

¿Cómo podría negarse? si acceder resultaría en una de las sonrisas de la rubia, y Lisa esperaba, con todo su corazón, poder hacerla feliz, por lo menos un minuto.

—Mhm...—Asintió vigorosamente, sintiendo las mejillas recogerse, apenas conteniendo esa creciente euforia. Levantó los ojos para sostener su mirada, conectándose, esa complicidad convalidándose.

Ambas consintieron enérgicamente, sin atreverse a romper el encuentro de sus ojos mientras se agitaban con rapidez. Y el vigor de la sincronización de sus cabezas se extiende por todo su cuerpo, cuando se encuentran enrolladas la una con la otra, saltando y bailando y enloqueciendo juntas.

Más tarde Lisa aprende que esa manera en que Chaeyoung la mira, esa complicidad, es la Ele.