Cap. 33 El Reencuentro (Segunda Parte)

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M: Aún sigo sigo sin poder creerlo, no puedo creer que esto me esté sucediendo, ahora estás conmigo... -te abraza nuevamente- te eché tanto de menos...

T/n: Yo también Michael, y no sabes cuanto...

M: Oh, T/n...

R: Frank, ¿podrías pasarme más pañuelos?, creó que estoy inundando los bastidores de lágrimas.

F: -rodea los ojos- Dios mío Rod, eres más sensible que una niña de cinco años.

R: Oh, nuestro bebé... encontró el amor, mirálo, es todo un hombre -lo dijo con voz entre cortada-

Q: Michael, no es un bebé... -toma una pausa- bueno si... es nuestro bebé, es un pequeño.

M: No soy su bebé...

R: Si lo eres...

T/n: Mike, disculpa por interrumpir el abrazo, pero... enserio que Rod me está incomodando...

M: Bien... creen que podrían... -hace señas para que se marchen de ahí-

R: Ah, claro, si, si, hay que dejarlos solos... muy solos... para que se... -interrumpido-

F: -le cubre la boca- Para que hablen... sin ninguna interrupción... ¿verdad Quincy?

Q: Si... exacto.

M: ...

F: ¿¡Rod, cuándo dejarás de meter la pata?! -dijo esté para después cerrar la puerta del camerino-

M: ...  -comienza a reír- ...

T/n: Al parecer, Rod no ha cambiado.

M: No ha cambiado nada, ya sabes... bocazas, parlanchín, y sensible.

T/n: Si... -suspiro- y...

M: ¿Y?

T/n: ¿¡Cómo has estado estos años?!

M: Estresado, cansado, abrumado, presionado... todos éstos años estuve así, no tuve ni un sólo día de distracción, ni de descanso.

T/n: ¿¡Hablas enserio!?, ¿¡todos éstos años, has estado así!?

M: -asiente- Si, pero... ahora llegaste tú, y creo que esos días acabaron.

T/n: -me ruborizo ante el comentario de Michael- ...

M: ¿Qué?, ¿te agrado lo qué dije? -preguntó con cierta picaría-

T/n: ¿¡D...de qué hablas?!, ¡deja de decir tonterías! -le doy un golpe en el brazo-

M: ¡AUCH!, oh, Dios... eso dolió. -comienza a sobarse el brazo- pero... ya extraba esos golpes... ya extrañaba pensar que algún día amanecería sin brazos.

T/n: -rió brevemente- Siempre tienes que quejarte...

M: -sonríe- ¿Me esperarías unos cuantos minutos?, iré a ducharme, no quiero... llenarte más... de sudor. -dijo para después lanzarte una toalla para que limpiarás-

-Esperé a Michael a que de duchará, tome la toalla y comencé a limpiarme el sudor restante. Rod era un sensible, lloraba como una niña de cinco años, Quincy lo estaba consolando, mientras Frank trataba de contener la risa, no pude evitar escapar una carcajada ante sucedido. Después de la espera, Michael salió y nos dirigimos hacía los demas.-

M: ¿¡Tienes hambre?!, ¿¡quieres algo?!

T/n: No, no tengo... no sé para que te lo digo, si no me harás caso y me llevaras a cenar de todas maneras.

M: Estás en lo correcto, saldremos de aquí, cenaremos algo, regresaremos a Estados Unidos, y todos felices...

T/n: Pero tengo una duda... es... -interrumpida-

Hombre En El Espejo (Michael Jackson Y tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora