Un alma en la penumbra

Preparatoria de Konoha, 31 de octubre.

Sasuke miró molesto el patio desde la azotea de la escuela, mientras Kin, su ex novia lo trataba de convencer que su relación debía continuar, aún y cuando ellos tenían más de 5 meses de haber terminado.

─Esto ya no puede seguir, no me gustas ─dijo Sasuke mirándola el patio de la escuela desde la azotea.

─¿Qué? ─preguntó sorprendida y acongojada─. Este disfraz me lo puse especialmente para ti ─confesó sonrojada, mientras jugaba con las vendas de su traje de momia que dejaba ver su esbelto y bien formado cuerpo.

─Nuestra relación terminó, ¿por qué insistes?

─Pensé que podríamos estar juntos en la fiesta de disfraces que organizó Temari como cada año en la escuela, como una pareja, como antes.

El Uchiha solo chasqueo la lengua y sin decir nada se disponía a marcharse.

─Es por ella, ¿verdad?

Esas palabras detuvieron Sasuke. ─¿De quién hablas?

─De Haruno, de esa maldita trepadora ─declaró con su voz antipática de siempre.

El chico suspiró cansinamente y se dio vuelta para mirarla a los ojos.

─No la metas en todo esto, sabes bien que lo nuestro había terminado incluso antes de que ella apareciera, supéralo y te lo advierto no molestes a Sakura, crees que no sé todo lo que has tratado de hacerle, hasta este momento he sido apacible porque ella así me lo pidió.

─¿Qué te ha dicho? ¡Espera!

─Regresa con Abumi, seguramente te está buscando.

Kin empezó a temblar, él no le perdonaría el desliz con Abumi, así que vio como Sasuke no le importaba nada de lo que ella tenía que decir, o lo que sentía por él, sabía que había cometido un error y lo estaba pagando, por lo que sin pensarlo dos veces gritó: ─Yo te amo.

La chica nunca recibió respuesta, ya que en eso se abrió la puerta de la azotea abruptamente.

─¿Estás aquí, Sasuke? Sakura se desmayó ─dijo Ino, quien lo buscando con desesperación.

─¿Qué le pasó? ─preguntó con gran angustia.

─Se acaba de desmayar y tiene una fiebre terrible, hay que llevarla a un hospital.

El Uchiha no esperó más y corrió sin dar tregua, tenía que llegar con Sakura, sabiendo que seguramente la gripe se le había complicado, se lo dijo, que no era buena idea venir a la fiesta enfermera.

Mientras, la chica con el disfraz de momia al pie de la escalera miró como su antiguo enamorado se marchaba con gran agobio por alguien que no era ella.

─Ya no me amas, ¿verdad? ─dijo en voz alta para sí, ya que no había nadie con ella.

De repente un viento frío se sintió, obligándola a mirar el lugar de dónde provenía, pero todo fue tan rápido, que en ese mismo instante Kin emitió un grito de miedo ensordecedor al momento de caer por las escaleras y romperse el cuello, quedando sin vida.

Fue triste puesto que nadie notó su ausencia hasta un día después, cuando el conserje de la escuela encontró su cadáver por el terrible olor que empezaba a emitir.

La policía emitió el dictamen de su muerte como un accidente y lo atribuían a que había resbalado con las vendas del disfraz que portaba.

Así que pasando unos meses, el evento de la muerte de la chica, fue olvidado y la vida siguió su curso, o eso es lo que todos creían.