Único té.

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Amarte fue como servir el té con agua fría en una noche de invierno.

Se veía bien, se veía perfecto.

Era el color adecuado, era el aroma justo y agradable a los sentidos.

Era el abrazo adecuado, era la sonrisa justa y agradable a los sentidos.

Se sentía bien, se sentía perfecto.

Me mirabas con esos ojos de amor en azul y gris, que decían más de mil palabras mientras acariciabas tranquilamente mi cabeza con una pequeña sonrisa y me dormía en tu hombro tras un corto beso.

Me pregunto, como no noté nunca los pedazos de sarro que caían a la taza al momento en que cerraba mis párpados.

¿Cómo es que nunca me di cuenta de las caricias desvergonzadas que pasaban a mis espaldas?

¿Cómo nunca vi la culpa en tus acciones después de ellas?

Por eso me tratabas tan dulce de repente. Por eso me comprabas rosas del color de tu cabello, por eso me besabas los nudillos de las manos y me jurabas amor eterno tan de pronto.

Debí saberlo.

Debí saberlo y aun así... Duele como el infierno.

Las lágrimas caen sin siquiera reposar por un momento y dudo que el dolor en mi pecho se pase de la noche a la mañana.

Es como si alguien me estuviera ahorcando, no puedo ni respirar entre llanto y llanto.

La cama en que dormíamos está vacía y helada sin tu presencia.

Alumbrando afuera está la luna y las estrellas, entre mis manos está la taza ya helada por el viento de invierno que entra por la ventana abierta.

El té se veía bien, se veía perfecto.

Y sin embargo, era completamente insípido ya frío. 

ínsipido | TodoMomo |Where stories live. Discover now