Capítulo5 Compras Alegradas

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No se que le dió a este estúpido que me invitó a salir...

No si, y tu de pendeja no aceptaste.

Cállate. Todavía no sé como mi conciencia y yo podemos ser la misma persona, pero tener opiniones diferentes.

-¿En qué piensas, cariño?-me saca de mis pensamientos mi madre

-Nada-respondo cortante y fría como ella me trataba

Lo sé, tal vez digan que es inmaduro de mi parte, pero ella me ignoro toda mi maldita infancia, creo que es mi turno de tratarla igual.

-Bueno-comenta poniendose de pie y continua:-hoy iremos de compras, y no hay peros. Vas conmigo o te quedas sin mesada por una semana

Como no tengo otra opción ya que necesito el dinero, subo a mi habitación a cambiarme. La verdad no la entiendo, tengo demasiada ropa, y toda escogida por ella. Como no me gusta nada de lo que tengo en el armario, y me tengo qye vestir antes de que la ogra se moleste, me decido por usar un vestido rosa pálido, unas botas de tacón negras y una bolsita negra para mi celular porque estoy segura de que me voy a aburrir.

-¡Jessica, apurate!-grita desde la planta de abajo

Empiezo a bajar las escaleras y la encuentro con una cara de pocos amigos y las llaves del auto en la mano. Decido ignorarla y pasar por su lado a sentarme en el asiento del copiloto a esperar a que ella llegue.

Todo el viaje es un silencio demasiado incómodo para mi gusto, pero mi orgullo es más grande y me dice que no le hable y espere a que ella quiera iniciar conversación. Inteligente, lo sé.

Querras decir patético.

A veces pienso que estoy loca por ponerme a discutir con mi conciencia, algún día le pediré a papá que me lleve a un psicólogo para ver si todo está bien en mi cabeza.

Diviso la entrada del centro comercial a lo lejos. Mamá aparca en el estacionamiento y espera a que yo baje para apagar el auto. Me bajo del auto amargada porque en realidad no queria hacer nada, es fin de semana. Mis planes eran quedarme en casa a dormir, comer helado y leer o ver películas románticas.

-Iremos primero a ver tú ropa, luego veré si hay tiempo para comprar la mía-comenta entrando por la entrada del centro comercial

-Marta... digo, mamá-disculpé con una mueca de disgusto y continué:-yo sé que aunque no halla yiempo tú vas a comprarte, literal, todas las tiendas-termino entrando a regañadientes a la primera tienda

Tres horas después...

-¿Qué mas tienes que comprar? Me estoy muriendo de hambre y ya llevamos tres horas aquí-me quejo pegando mi frente al vidrio

A lo lejos veo una figura de un cuerpo que conozco bastante bien y, aunque lo odie, cuando pasa le doy una mirada de ayuda. Él confundido entra a la tienda y habla:

-¿Qué sucedio, rubia?

-Llevo tres horas aquí comprando ropa con mi mamá y tengo mucha hambre. Y si es por ella, se queda tres horas más. Además si voy a comer con ella no me dejará comer lo que yo quiero, porque dice que tengo que cuidar mi figura-me quejo haciendo un pequeño puchero

-Bien. ¿Donde está tú mamá? Creo que la convenceré

Lo gui por donde está la susodicha y al vernos me da una mirada extrañada.

-Buenas trades señora Foster. Soy el novio de su hija y la invité al cine, pero usted no la dejó ir así que decidí venir yo mismo-dice el desgraciado con una sonrisa

Hasta Que Te ConocíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora