Cap 2: "Soldado"

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James •Bucky• Barnes
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"Anhelo, oxidado, diecisiete, amanecer, horno, benigno, bienvenida, vagón de carga..." -Recitó pausadamente el "código rojo" una voz fría y firme, siguiendo con exactitud los rudimentarios pasos para activar la letal máquina asesina de HYDRA. -Buenos días, Soldado. -Sus ojos desorientados se volvieron con atención al hombre de baja estatura frente a él.

-Listo para cumplir. - Contestó a la espera de órdenes la monótona voz de quien alguna vez fue el sargento James Barnes.

Para aquel entonces, ya no quedaba ni el más mínimo rastro de aquel jovial y leal sargento. Habían pasado muchísimos años desde que se le declaró muerto en combate durante una misión confidencial. James Buchanan Barnes se convirtió en un héroe de guerra y aún era recordado por su valentía en sus hazañas con el famoso Capitán América en servicio de su país. Para el ojo público, su vida finalizó entre inmensas capaz de nieve después de aquella caída en las montañas, sin embargo, ahí no terminaba su historia.

Se continuaba hablando sobre él, pero no en el mismo sentido. La mayoría de agencias de inteligencia no creían que existía. Se había convertido en una especie de mito, en rumores susurrados con terror acerca de una despiadada máquina asesina capaz de los actos más atroces con tal de cumplir con su misión. HYDRA tenía en su poder al soldado perfecto, no tenía sentimientos, ni remordimientos y nada lo detenía de completar las órdenes que se le dictaban. Era su arma más mortífera.

James perdió toda memoria de su vida anterior. Fue sometido a rigurosos métodos de control mental para que pudieran mantenerlo bajo control. Su mente fragmentada le impedía recordar, sin embargo, no todo es tan fácil de olvidar

En algunas ocasiones aparecían en su mente imágenes y fragmentos de posibles recuerdos. Tenía ciertos intervalos de lucidez donde, por cortos minutos, era capaz de recobrar algunos pensamientos propios de sí mismo. Y, precisamente, la escena desarrollada ante sus ojos desencadenó aquella serie de recuerdos.

El Soldado del Invierno se mantenía inalterable en su posición al fondo de la habitación, su agarre era firme en el arma que le cruzaba el pecho. Una sola orden, un par de simples palabras que no tendrían que ser repetidas dos veces, y el joven de cabello plateado estaría muerto en menos de un parpadeo.

Sus ojos se mantenían fijos al frente, pero de pronto, algo captó su atención. Su concentración viró a la joven que acaba de arrojarse contra la ventana del cuarto, parecía querer atravesar el vidrio para llegar al muchacho que se encontraba tras ella. La estudió por unos segundos. Le costó reconocer lo que vio en sus ojos brillantes de lágrimas, pero lo logró al conectar su mirada con la suya. Reconoció un rostro afligido por la tristeza y el sufrimiento, unos ojos que iban al compás de sus gritos impregnados de dolor.

La están torturando, intentan manipularla. Aquel pensamiento desapareció tan rápido como apareció, pero no sin antes dejarle una ligera sensación extraña. ¿Era eso empatía?

Cuando abandonaron la habitación, el joven soldado aún tenía la mirada perdida. Estaba confuso y aun no terminaba de descifrar el significado de lo que acababa de presenciar. Había presenciado numerosos casos de tortura, él mismo había orquestado muchas de ellas, pero algo cambió aquella vez, algo que no lograba entender.

-Necesitamos avances ahora, quiero poner en marcha esta operación lo más pronto posible.
Se me agota la paciencia. Espero que nos muestre algo más impresionante en la siguiente sesión o no tendré más consideración con su hermano.

-No. - Murmuró casi de forma inconsciente.

-¿Qué fue lo que dijiste? Repítelo. -Farfulló uno de los doctores. Su voz era intentaba ser controlada, pero la ira se asomó a través de sus palabras. James negó con la cabeza, desorientado.

-Es su hermano. Ella está tratando de protegerlo. -Frunció el ceño confundido, ¿de dónde venían aquellas palabras? Ni siquiera tenían sentido.

Solo estaba exponiendo los hechos, lo que vió en aquella habitación, sin embargo, ambos doctores se lanzaron una rápida mirada inquisitiva. Los dos estaban pensando lo mismo y sabían cuál era el procedimiento para corregirlo. El mismo doctor que lideró el encuentro con la joven mutante suspiró y dijo con voz cansada:

-Sígueme.

Él obedeció.

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⏰ Última actualización: Oct 13, 2019 ⏰

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