Mute|| Hyunmin ➀ -αdαpтαcιóɴ

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Seungmin se veía asustado, ni siquiera Hyunjin podía calmarlo, así que luego de que tomaran una muestra de sangre, y caer en casa de su tía Loon, lo primero que ofreció la mujer fue que vaya a darse un baño y se relaje todo lo que quiera, aunque tomó varios mimos y besos de parte de Hyunjin para que el pelinegro se sintiera un poco mejor como para quedarse sólo en el baño.

Para ese entonces, ya había caído la noche.

Para cuando el rubio pudo separarse de su novio, la señora Kim y la tía Loon ya estaban hablando, y Hyunjin llegó para el punto en que su madre postiza lloraba a moco tendido mientras la otra mujer la abrazaba con fuerza, y no llegaba a entender del todo los balbuceos de la mujer.

Quizás era suerte, quizás no, pero la señora Kim seguía teniendo esa costumbre de mover las manos en señas para todo lo que hablaba, sólo que ahora eran la única cosa que Hyunjin podía más o menos entender.

Los ojos de Hyunjin se llenaron rápidamente de lágrimas, hasta que un sollozo lo delató, haciendo que Loon lo mirara con preocupación.

—Hyunjin...

— ¿Qué tiene de malo Seungmin? —habló, con la voz tan rota como se sentía por dentro.

Loon abrió la boca, pero no dijo nada, la cerró de nuevo.

La señora Kim negó con fuerza, se separó de la otra mujer, para acercarse a Hyunjin, limpiando sus lágrimas inútilmente.

Pero por más que abrió la boca, su voz sonaba muy rota para hablar, el nudo en su garganta crecía y crecía, hasta que finalmente negó, sus manos temblaban demasiado, y sentía sus dedos torpes, sin siquiera poder hacer una seña.

Miró a Loon y sólo asintió, como si le diera permiso, Hyunjin quiso gritar, no entendía nada de lo que ocurría, pero la señora Kim se veía devastada, así que se mordió el labio con fuerza, mientras la veía salir de la cocina.

Hyunjin miró a la mujer un momento.

— ¿Qué está pasando?