Estaba abrumada por todos los cambios que vivimos y suelen pasarnos a los 13 años, acababa de ganar un concurso de belleza dentro de un colegio femenino y solo esperaba poder verlo otra vez.
Era delgado cabello obscuro, vestía de negro creo que su alma también era así obscura y seca como él; pero no lo sabía.. O tal vez para ese momento lo ignoraba.
Vivíamos en el mismo vecindario, pero yo en mi encierro como monje budista y él.. No sé, a veces jugaba fútbol y se llevaba bien con todo el mundo.
Una niña de papi y mami, con las alas bien cortitas para nunca volar, una tonta que esperaba siempre una historia de amor como las de las princesas Disney.
Siempre buscamos un príncipe, alguien lindo, que nos ame y que nunca falle lastimosamente cuando estamos "ilusionados", sí, ese estúpido estado que hace que estés ciego, que no veas cómo todo el peso del dolor se te va a venir encima. Nos pone tontos y en esa tontería lo conocí.
Era excepcional verlo, su mirada era profunda y él era de otra dimensión; sólo cruzamos un par de miradas pero yo sentía que hasta desnudó mi alma.
